10.2 – DIBUJO 3d y SOLIDOS (B)

Visualización 3D y Estilos visuales
Al igual que en el trabajo cotidiano las ordenes “zoom” y “encuadre” se manejan de manera tan frecuente, que la practica las va haciendo intuitivas, y cuando trabajamos en la elaboración de modelos espaciales es preciso manejar la visualización 3D de la pantalla de una forma equivalente, desarrollando la agilidad que nos permita mover ligeramente el modelo, para distinguir ciertas posiciones o elementos que por su alineación momentánea respecto al punto de vista pueden resultar confusas o ambiguas.
La evolución de las distintas versiones del programa ha ido dejando un cierto repertorio de órdenes y herramientas de visualización, bastante diverso. No obstante por su inmediatez existen un par de opciones que permiten un uso bastante intuitivo de la visualización 3D, que son la “orbita restringida” y otro más completo, y bastante potente que es el “Cubo de vistas”.
En el capitulo de la “ayuda” correspondiente al manual de usuario dedicado a “Control de vistas de dibujo”, incluye un apartado titulado “Utilización de las herramientas de visualización” en la que se explican con bastante detalle las herramientas de visualización en su conjunto.
Órbita restringida
La “orbita restringida se encuentra junto con las demás modalidades de “orbita” en el menú de persianas correspondiente a “Vista”, pero también y de forma más inmediata en el menú contextual que contiene el “zoom” y “encuadre” dinámicos.
Cuando tenemos activado el “Zoom dinámico”, dispone de un par de botones de acceso [zoom y encuadre] en la barra de estado, se encuentra cargado un menú “contextual” que se despliega con la pulsación del botón derecho del ratón, y contiene la opción “Orbita3D”. Esta opción corresponde a la “orbita restringida”, y cuando la seleccionamos, el cursor gráfico de la pantalla adopta una imagen característica que se mueve libremente por pantalla, pero que cuando sostenemos pulsado el botón principal del ratón y lo desplazamos, hace girar todo el modelo que tenemos en pantalla, alrededor de su propio centro, y al mismo tiempo nos va mostrando ese movimiento en tiempo real por lo que el ajuste para buscar la posición que más nos convenga es completamente inmediato y trivial. Cuando soltamos el botón el movimiento queda detenido en esa posición, y podemos “salir” de la rutina a través de la opción correspondiente en el menú contextual, que ahora se ha ampliado con algunas opciones más, relativas a la visualización.
La rutina del “zoom dinámico” sigue manteniendo las opciones normales de “zoom” y “encuadre” vinculadas al movimiento de “rueda central” del ratón, aunque estemos dentro de la “órbita restringida”, y su aplicación concurrente es un complemento muy adecuado e inmediato, para ajustar la visualización del modelo en 3D.
Un complemento muy útil de la visualización 3D es la orden “PLANTA(_PLAN)” que siempre se puede escribir directamente en la línea de ordenes, y devuelve directamente la visualización de la pantalla a la vista ortogonal del plano XY como visualización de referencia.
Estilos visuales
Los estilos visuales constituyen un repertorio de opciones de visualización previamente configuradas en el entorno del programa, a las que se accede desde el menú de persiana “Vistas”. Entre los estilos predefinidos se encuentran: Estructura alámbrica 2D y 3D / Líneas ocultas / Realista / Conceptual / Adm. Estilos.
La diferencia entre los estilos de visualización recoge las opciones de configuración del ocultamiento de líneas, aplicación de sombreados e iluminación y Render en los modelos 3D. Esto es así porque los procesos de cálculo vinculados en cada caso, pueden hacer una utilización bastante intensa del cálculo numérico, y ocasionar que las operaciones normales se vuelvan demasiado pesadas, por lo que es conveniente adoptar estrategias, para utilizar visualizaciones rápidas a costa de la calidad de imagen cuando se está elaborando y modificando el modelo, y por el contrario visualizaciones perfectamente acabadas aún a costa de los tiempos de cálculo, cuando se trata de “presentar” los resultados finales.
Dentro de los estilos el de “estructura alámbrica 2D” es el modo básico habitual, y el 3D solo se diferencia del anterior en la utilización de un icono de ejes diferente, y el acceso a algunos recursos específicos como el “Cubo de Vistas”, en las versiones anteriores a la 2012. Las demás opciones corresponden a los distintos niveles de acabado, o bien el acceso a una paleta de herramientas donde se puede configurar de forma personal el conjunto de parámetros, asignando un nombre particular que permite recuperarlos posteriormente.
Cubo de Vistas
El cubo de vistas es una herramienta de navegación 3D, que se presenta en pantalla con un icono específico situado en alguna de las esquinas de la pantalla. Se define como una “Interfaz persistente” que se puede arrastrar, en la que se puede hacer clic, y permite seleccionar distintos puntos de vista preestablecidos o bien arrastrar de forma dinámica el punto de vista a través de él.
El cubo de vista solo está disponible en los estilos de visualización 3D, y ello genera que cuando se opera con dibujos algo complejos pueda resultar algo más pesado que el uso de la órbita restringida en el estilo base, o alámbrico 2D.
El cubo consiste en un icono que se visualiza como un pequeño cubo, que se dispone de acuerdo con la orientación visual de la pantalla en cada momento. El icono se presenta con un cierto grado de transparencia, y se activa cuando pasamos el cursor sobre él. En ese momento presenta algunas zonas activas como las caras, aristas y esquinas del cubo, que permiten mover el punto de vista hacia esas referencias. Además de esto, el diagrama es sensible a la pulsación sostenida del ratón en cuyo caso podemos arrastrar el cubo de forma dinámica, para situar la dirección visual a nuestra conveniencia.
Además del cubo,  existe una brújula o contorno circular igualmente sensible a la pulsación sostenida que permite ajustar el giro en el plano horizontal. Además de esto esta rodeado de algunos pequeños iconos sensibles que permiten desplegar un menú particular, volver a la configuración inicial, o abrir un cuadro de dialogo propio para configurar algunas variables de comportamiento. También hay un par de arcos sensibles que realizan giros de 90º en planta, o un menú particular de acceso a los sistemas de coordenadas personales.

10.1 – DIBUJO 3d y SOLIDOS (A)

En uno de los primeros temas, concretamente el capítulo tercero, se comentaban algunas consideraciones sobre el trabajo con la geometría en 2D o 3D. En aquella ocasión ya se mencionaba el gran interés y novedad que ha supuesto toda la revolución de la informática especialmente para el manejo de geometrías rigurosas en tres dimensiones, y la consecuente facilidad para situar puntos de vista singulares o la generación de recorridos e itinerarios inverosímiles, complementado todo ello con un control sofisticado sobre condiciones de iluminación, y aplicación de texturas y acabados de materiales en cualquier superficie, haciendo posible la generación de imágenes con una precisión fotográfica de una realidad virtual que solo existe dentro de un ordenador.

En todo caso a través de aquellas consideraciones quedaba claro que ese tipo de técnicas tiene también sus propias servidumbres, y su aplicación no debe hacerse de forma general o indiscriminada ya que supone una fuerte carga de trabajo y complejidad añadida, que no es demasiado compatible con ciertos aspectos del trabajo cotidiano.

De todos modos sigue habiendo otro área dentro de toda concepción de cualquier edificio u objeto proyectado, que podríamos definir como la “presentación” del aspecto final, en la cual la aplicación de los modelos y herramientas en tres dimensiones, tiene un interés primordial y  constituyen una herramienta que puede ser complementaria y en ocasiones alternativa, a la elaboración tradicional de maquetas.

Dentro de AutoCAD, el manejo de la geometría en tres dimensiones, está implementada en varios niveles que suponen la posibilidad de adoptar distintas estrategias en la elaboración de modelos  3D. Esas alternativas, tampoco resultan completamente incompatibles entre sí, aunque sí suponen elegir un repertorio de herramientas distinto en cada caso, que en las etapas finales o de modificaciones y ajuste, pueden suponer ventajas o inconvenientes en función de la finalidad última del modelo.

Esos tres caminos o estrategias, se pueden diferenciar como “Modelos Alámbricos”, en segundo lugar “Mallas y Superficies en 3D”, y por último el “Modelado de Sólidos”.

Modelos alámbricos

Los modelos alámbricos, son configuraciones geométricas en tres dimensiones, en las que se emplea el repertorio completo de entidades básicas del programa: “líneas”, “puntos” “arcos” “polilíneas2D”, “textos”, etc.. Normalmente cualquier tipo de entidad u objeto se puede situar y orientar en cualquier posición del espacio en tres dimensiones.

En el caso de algunos tipos de objeto que por su propia condición son “planos” como por ejemplo los rótulos de texto, los arcos o las polilíneas 2D, siempre se pueden situar, mover y orientar en cualquier posición del espacio, con un manejo adecuado de los sistemas de coordenadas personales y la visualización en tres dimensiones.

En todo caso esos modelos alámbricos que pueden ser adecuados para las configuraciones iniciales o para ajustar medidas y dimensiones rigurosas de la geometría en el espacio 3D, pueden resultar limitadas e insuficientes, cuando se quieren conseguir presentaciones elaboradas, ya que la mayoría de las entidades y objetos normales, NO son susceptibles de “ocultar” las partes lejanas al punto de vista, y en consecuencia, cuando el modelo alcanza un cierto nivel de complejidad, la visualización del mismo e vuelve complicada y confusa.

Un recurso disponible en este tipo de modelos puede ser el empleo de entidades “3Dcara” y/o “regiones” para materializar superficies opacas, ya que este tipo de entidades SI que sirven para “ocultar” los elementos de geometría que se encuentran detrás de ellas respecto al punto de vista, y además son capaces de representar diferentes tipos y grados de textura de acuerdo con le “estilos visuales” correspondientes.

Superficies y mallas 3D

Como segunda estrategia, se puede abordar la elaboración de modelos 3D mediante el uso de superficies y mallas 3D. Las superficies 3D son entidades complejas que se generan con definiciones y herramientas auxiliares, como revolución de una curva sobre un eje, extrusión de contornos a lo largo de una trayectoria, sistema de generatrices rectas apoyadas en curvas espaciales, solevaciones o interpolación entre curvas diferentes en el espacio. Estas entidades están constituidas por agrupaciones complejas de “3Dmallas” que se pueden editar o modificar de la misma forma que aquellas.

En general se configuran superficies curvas y complejas, pero formadas por caras o facetas elementales, cuya densidad se puede ajustar en función de la configuración. Este tipo de superficies son capaces de recibir la aplicación de texturas o imágenes raster, y pueden soportar parámetros de iluminación, con el fin de calcular su contribución en las reflexiones y resultados, en la ejecución de un sistema de “RENDER”

Modelado de Sólidos

En tercer lugar existe otro conjunto de herramientas previsto como es el modelado de sólidos.

En este caso los objetos se definen por sus propiedades de volumen en tres dimensiones, generando estos a partir de un conjunto limitado de figuras simples y primitivas, que luego se van combinando mediante operaciones “booleanas”, es decir: unión o suma, diferencia o resta e intersección.

En este caso las propiedades de la geometría del volumen quedan perfectamente establecidas por lo que asignando parámetros de densidad, se puede conocer además de los volúmenes y las superficies de contornos, los centros de gravedad, momentos y productos de inercia o los ejes principales de inercia.

El caso de edición de sólidos tiene a su vez herramientas específicas para la edición y modificación de sólidos, ya que debido a la particular configuración de estos objetos, es preciso mantener una estructura de árbol con la evolución completa, desde los sólidos primitivos hasta la configuración final, pasando por las operaciones intermedias de unión, diferencia o intersección.

En cualquier caso y con independencia del conjunto de herramientas que se adopta para elaborar un modelo en 3D, este tipo de trabajo requiere manejar con soltura y agilidad la visualización de la pantalla en 3D, y también designar objetos y situar posiciones o referencias geométricas, de una forma que resulta algo más compleja que en la geometría habitual, ya que la pantalla es una superficie de dos dimensiones, y se requiere algo más de precaución para evitar errores o imprecisiones en las posiciones a lo largo de direcciones coincidentes con el punto de vista.

 

 

9.2 – TEXTOS y ACOTACIONES (B)

Objetos de COTA

Los objetos de cota se definen en general como “anotaciones” de las medidas del dibujo, escritas con un repertorio de símbolos propios y estandarizados. Entre las acotaciones que se encuentran configuradas en Autocad, se distinguen varios tipos básicos: Lineal, Radial, Angular, Coordenada y Longitud de arco.

El tipo “Lineal” es el más frecuente, y consiste en anotar una distancia entre dos puntos del dibujo medidos en línea recta. Esta anotación se complementa con una “línea de cota” que se dibuja estrictamente paralela a la distancia medida, y sirve a su vez de apoyo a la propia anotación, aunque a veces se intercala dentro de la propia línea. La línea de referencia se remata en los extremos con un par de símbolos con forma de “flecha” “trazo inclinado” o “pequeños círculos” que sirven para indicar con claridad la distancia medida.

Además de la “línea de cota”, se dibujan un par de “líneas de referencia” entre los puntos sobre los que se mide la distancia, y los extremos de la línea de cota, con trazado perpendicular a esta.

El tipo “Radio” se emplea para definir radios o diámetros de círculos, arcos o tramos de arco. Los símbolos son similares a los de acotación lineal, y añaden una “marca” para situar el centro correspondiente. El tipo “Angular”, se emplea para acotar ángulos, y presenta una “arco” en sustitución de la línea de cota y la anotación incluye el símbolo de grados angulares. En el caso de “Longitud de ángulo”, el aspecto de conjunto es similar pero en este caso se “anota” la longitud del arco y se remplaza el símbolo correspondiente.

El tipo “Coordenada” se emplea para acotar un conjunto de puntos del dibujo, de forma que se anotan por separado las coordenadas X e Y, especificando todas ellas con respecto a un origen común, y anotando cada una con su propia línea de referencia, aunque sin línea de cota.

Asociativas, No asociativas, Descompuestas.

Dentro del repertorio de objetos o “entidades” propias del Autocad, las cotas pueden definirse como “asociativas”, en cuyo caso se comportan como si se tratase de un objeto unitario, o más bien un “bloque” especializado ya que es susceptible de ser descompuesto en sus elementos simples: líneas, flechas, trazos y texto. Además de comportarse como un solo objeto el conjunto de la cota en el caso de que se hagan desplazamientos en los elementos u objetos que sirven de base a la cota esta también se actualiza automáticamente a los nuevos valores.

En el caso de que las cotas se definan como NO asociativas, aunque el conjunto se comporta como un solo objeto, se pierde la capacidad de actualización vinculada a los objetos medidos, y en el caso “descompuesta”, supone que ya desde origen los elementos que la configuran son entidades independientes, exactamente igual que si se “descompone” con la orden correspondiente cualquiera de los otros tipos.

Estilos de acotación

En el entorno del programa, existe un conjunto muy amplio de “variables de acotación” a través de las cuales se controlan todos los aspectos mencionados y otros muchos más. La forma de operar normalmente es a través de los “estilos de acotación” con un funcionamiento similar a los estilos de texto, de forma que siempre hay un estilo “actual”, que es el que se adopta al definir la nueva “cota” y dentro del repertorio siempre existe al menos un estilo denominado “standard”.

Dentro de los estilos naturalmente podemos definir tantos como queramos y componerlos a nuestra conveniencia, sin olvidar que prácticamente pueden eliminarse todas las referencias de acompañamiento dejando “solo” la cifra de la “cota”, que naturalmente se rotula con el “estilo de texto”, que hayamos adoptado dentro del “estilo de cota” que estamos empleando, o bien rediseñar de forma “personalizada” los símbolos correspondientes.

La orden “ACOESTIL(_DIMSTYLE)” Se encuentra disponible en los menús de acotación, y en primera instancia despliega un cuadro de dialogo que permite recorrer la “lista” de los estilos presentes en el archivo actual, mostrando sus características más importantes, junto con una pequeña muestra del aspecto que genera cada estilo. Mediante un repertorio de botones, se puede seleccionar el estilo actual, o bien crear otro nuevo, borrar, o modificar cualquiera de los existentes.

En el caso de modificar alguno, se despliega otro cuadro de dialogo más amplio que mediante un conjunto de “solapas” permite ir configurando las diferentes especificaciones y parámetros que lo componen. La “muestra” gráfica del primer cuadro supone una gran ayuda pero no obstante el desarrollo de posibilidades y opciones de configuración es tan amplio y extenso que resulta muy recomendable dedicar algún tiempo adicional para examinar todas las especificaciones y ejemplos que se desarrollan en el manual de ayuda.

Horizontales, verticales y alineadas.

En el caso de la acotación lineal hay que tener en cuenta también la posibilidad de acotar o “medir” la distancia entre dos puntos cualesquiera, aunque considerando esta proyectada según la dirección de cada uno de los ejes, es decir en “horizontal” o “vertical”, según las dos direcciones de los ejes en ese momento. También es posible establecer o marcar cualquier otra dirección arbitraria, definida gráficamente por dos puntos en el plano, y proyectar respecto a esa dirección concreta, la distancia marcada entre otros dos puntos cualesquiera.

La “acotación”, no tiene una orden específica o unitaria en las versiones actuales del programa, ya que presenta un pequeño conjunto de órdenes que en las versiones traducidas al español se inician con la raíz “ACO…” y en las inglesas con “DIM…” No obstante existen un par de ordenes (ACOTA y ACOTA1) que aseguran la compatibilidad con versiones antiguas del programa en las que el repertorio de las órdenes de acotación se agrupaban en un subconjunto específico en el que se entraba a través de la orden “acota”, tenia sus propias opciones mensajes y subórdenes, y también una “salida” especifica que se reflejaba en la línea de órdenes.

El repertorio de órdenes de acotación es bastante amplio, pero su utilización se encuentra perfectamente integrada de forma intuitiva a través de cualquiera de los menús, de persiana o cinta de opciones, por lo que su utilización práctica tampoco requiere muchas consideraciones adicionales, aunque como característica singular cabe mencionar la acotación “continua” o de “línea base”, la posibilidad de romper o interrumpir la línea de cota con otros objetos “Corte de cota”, o la posibilidad de desplazar la líneas de referencia mediante un ángulo determinado “Oblicua” para evitar superposiciones con el dibujo.

Las opciones “Línea base” y “Continua” son modos que se emplean cuando se quiere situar un conjunto de acotaciones alineadas una a continuación de otra, de forma que a partir de la primera solo se solicita el segundo extremo, como por ejemplo en la fachada de un edificio al acotar sucesivamente “huecos” y “macizos”.

Cuando se elige el modo “Continua” solo se solicita un punto para situar la primera “cota”, a una cierta separación de la fachada, y las sucesivas se van alineando perfectamente con la primera. En el caso de la opción “Línea base”, las cotas sucesivas se miden todas ellas siempre con respecto al punto inicial, y se anotan con un “desfase” uniforme respecto a la primera, para evitar superposiciones. El desfase se encuentra definido entre los parámetros que configuran el estilo.

Modificación de cotas y estilos.

La modificación de las cotas se puede realizar en sus aspectos gráficos mediante los “grips” o marcas activas que se presenta cuando se selecciona como objeto independiente, y por otra parte a través de la paleta de propiedades cuando está seleccionada la cota se tiene acceso a todas sus propiedades y parámetros internos, aunque al ser bastante amplio el conjunto es preciso conocer el adecuado. En todo caso los parámetros se encuentran agrupados por temas, y en cada uno se especifica su nombre.

En el caso de los estilos, las modificaciones se realizan a través del cuadro de diálogo correspondiente, una vez seleccionado el estilo correspondiente.

Directrices

Las directrices son objetos o entidades con una estructura similar  a los objetos de cota, aunque una utilización ligeramente diferente. El objeto está compuesto de un extremo de cota, una línea de directriz, un segmento de enlace, y un objeto de texto, o un bloque. Es un tipo de objeto que se emplea en los planos técnicos, para ubicar las posiciones concretas o apuntadas dentro del dibujo, para un párrafo aclaratorio o dibujo explicativo que se saca a los márgenes, leyendas, o alguna zona despejada.

Las directrices tienen su propio repertorio de estilos que funcionan de la misma forma que las cotas normales. Su definición se inicia con la orden “DIRECTRIZM(_LEADER) que se encuentra en los menús de las cotas, y se inicia señalando primero el punto del extremo de cota, a continuación la sucesión de uno o varios tramos, que definen la línea “directriz”, y finalmente se sitúa la zona de texto de línea múltiple, que opcionalmente podría quedar vacío.

 

9.1 – TEXTOS y ACOTACIONES (A)

Inserción de textos, objeto TEXTO y estilo de TEXTO. Tipografías

Aunque normalmente en los planos y dibujos no se suelen incorporar zonas amplias de texto, siempre hay muchos tipos de anotaciones, más o menos concisas que incluso en algunos tipos de dibujo son relativamente abundantes, particularmente si consideramos las “leyendas” de los planos, notas explicativas etc.

En AutoCAD existen tres tipos básicos de objeto, vinculados a la incorporación de textos y anotaciones, que son: el “rótulo de texto” propiamente dicho, las “acotaciones” entendidas como la “anotación textual” de distancias, ángulos o coordenadas escritas con cifra, sobre el propio dibujo, acompañadas de algunos símbolos geométricos, y finalmente las “directrices”, que son rótulos de texto conectados mediante una línea, flecha o elemento auxiliar, con alguna posición o elemento singular dentro del dibujo.

Además de los tipos principales, hay otros derivados como son los “atributos” los “campos” y las “tablas”, pero que en todo caso comparten con los “rótulos de texto”, todas las características propias de ellos.

Entre los “rótulos de texto” se pueden considerar a su vez otras dos categorías, que derivan en dos clases de “órdenes” independientes, según estén constituidos por “una sola” línea de texto, o bien contengan “múltiples” líneas dentro del mismo objeto.

Hay que hacer la salvedad que las apariencias pueden ser engañosas, ya que podemos tener varias objetos de texto de “una sola línea” colocados sucesivamente de forma que en apariencia podría ser un texto de línea múltiple, y otros objetos de texto de línea múltiple que solo contienen una línea de texto. La diferencia se aprecia al examinar las “propiedades” del  propio objeto, o bien al entrar en los modos de edición y modificación.

Sobre los “rótulos de texto”, cabe decir que en general, el programa maneja un repertorio muy amplio de características que permiten acomodar los “textos” que se insertan dentro de los dibujos a casi cualquier circunstancia que podamos imaginar.

En primer lugar, las “fuentes” ó “tipografías”, se manejan mediante archivos externos que contienen los diseños detallados para cada letra, como ya es habitual en muchos tipos de programas. En el caso de AutoCAD se manejan con total normalidad las fuentes o tipos en formato “True Type”, que son propios del entorno Windows y tiene disponibles el sistema operativo, por lo que todos ellos están también disponibles desde el AutoCAD.

Además de ese formato de “fuentes”, el programa tiene otro propio ( SHP / SHX ) que es anterior al entorno Windows. El archivo SHP contiene la geometría descrita en código ASCII, y el archivo SHX, contiene una compilación que se usa directamente por el programa. Dentro de estos últimos se encuentran algunos nombres muy habituales en AutoCAD como son: (“txt”, “simplex” “complex”, “romans”, “romanc” .. etc.)

Además de los archivos o diseños de “fuente” el programa maneja el concepto de “Estilo”. Un estilo es un conjunto o repertorio de valores y parámetros que cada usuario agrupa o configura con un “nombre” o etiqueta personal, y se almacena dentro del archivo de dibujo. Los estilos son por tanto definiciones personalizadas, que a su vez incluye la identificación del archivo de la fuente, pero no solo este, ya que además puede incluir otras características, como un factor de ensanche sobre la tipografía, la posibilidad de forzar la inclinación de los caracteres, en ciertos casos un tipo de escritura vertical, o bien condicionar una “altura fija” para el texto en lugar de adoptar ese valor cada vez que se inserta un “rótulo”.

Dentro de los estilos, al igual que sucedía con las capas y los colores, también rige el concepto de estilo “actual”, que es el que se aplica en cada momento sobre la definición de nuevos rótulos. El programa siempre contiene un estilo con la etiqueta “Standard” que hace las veces de “capa 0” y que no se puede eliminar, aunque su contenido y los valores de sus parámetros son completamente modificables por cada usuario.

La orden ESTILO(_STYLE) se encuentra disponible en el menú de persiana “Formato/Estilo de texto”, o también en la cinta de opciones. Cuando se ejecuta despliega un cuadro de diálogo, donde se muestra la lista de estilos existentes, pudiendo seleccionar cualquiera de ellos como actual, o bien definir uno nuevo, seleccionando el archivo de tipo de letra, de una lista desplegable, así como el resto de parámetros que lo configuran. En la “ayuda” se encuentra especificadas todas las alternativas.

Las órdenes TEXTO(_DTEXT) y TEXTOM(_MTEXT) se encuentran conjuntamente en el menú de dibujo, y la cinta de opciones.

Cuando se ejecuta el “texto en una línea”, el programa presenta un mensaje en línea de órdenes con opciones para elegir otro estilo, o  modificar la justificación adoptada por defecto. El mensaje solicita también que se señale un punto del área gráfica, el cual será utilizado para insertar el texto con la justificación correspondiente, y a continuación mediante otro mensaje se presenta el valor actual de “altura” del texto, que es el último empleado y puede modificarse por teclado o pantalla gráfica en ese momento. A continuación, se solicita el ángulo para orientar la línea de texto, que se puede señalar con el ratón o por teclado. Una vez especificado, el sistema solicita que se escriba el texto correspondiente y se concluye la ejecución de la orden presentándolo en la pantalla.

Opcionalmente si se repite la ejecución mediante el eco de teclado o el botón derecho, se repite la orden, y el punto para insertar el nuevo texto se sitúa por defecto en la siguiente línea a continuación de la anterior, con los mismos valores de altura y ángulo de orientación. En cuanto a la altura de texto, esta solo se solicita y puede especificarse si en la definición del estilo correspondiente no se había adoptado algún valor distinto de “cero. Las justificaciones del texto son las habituales: (izquierda, derecha, centrado, medio, superior, inferior) y se explican con claridad en la ayuda del programa.

Cuando se ejecuta la orden del texto de línea múltiple, el programa solicita la designación de un área rectangular, que se utiliza como ancho de referencia para ajustar el texto que se define a continuación. Una vez definida el área, se presenta en pantalla un pequeño “editor” editor de texto bastante compacto, compuesto por una regla gráfica y un menú especializado con las opciones habituales para configurar el formateo del texto: negritas, itálicas, subrayados, listas, sangrías, estilos, columnas, o tamaño de caracteres que incluso pueden adoptar distintos valores en diferentes partes de un mismo párrafo.

El control del programa queda transferido al pequeño editor hasta que se cierra con la opción correspondiente, en cuyo caso se actualiza el texto sobre la pantalla gráfica.

Modificación y edición de textos.

Las modificaciones de texto se realizan de forma inmediata, ejecutando un doble “click” sobre el propio objeto de texto. Si este es un texto de línea múltiple, se reinicia el editor, y podemos modificar cualquier parte, elemento del texto, borrar palabras, añadir etc.

Si se trata de un objeto de texto en una línea, dependiendo del estado de la variable DTEXTED, se edita la línea bien en la propia pantalla gráfica, aunque en algún caso pueda resultar algo pequeño o ilegible, o bien en un pequeño cuadro con una sola línea donde se puede reescribir el texto, añadir o borrar lo que sea oportuno.

 

8.3 – BLOQUES y REFERENCIAS EXT. (C)

Atributos en bloques

Dentro de los bloques se puede incluir cualquier tipo de objeto o entidad que se contempla en el programa ya que como hemos visto anteriormente, cualquier dibujo realizado con “AutoCAD” puede ser insertado como un “bloque”. No obstante además de las entidades habituales, hay un tipo de objeto de texto que está específicamente concebido para ser usado en combinación con los bloques, y que son los “atributos”.

El objeto “atributo” no es más que un rótulo de texto, que al estar configurado dentro del bloque, se puede actualizar cada vez que se inserta este, adoptando un contenido particular y diferente en cada caso. Esto es una cierta forma, de integrar o coordinar ciertos contenidos de algunos archivos de dibujo, con bases de datos externas.

Para poner un ejemplo que pueda dejar claro el concepto, podemos pensar en el dibujo de toda una planta de oficinas, en la cual se incluyen las mesas o puestos de trabajo, y en cada mesa pequeños “bloques” que representan el repertorio de ordenadores distribuidos por toda la oficina. En el bloque “ordenador” podemos incluir uno o varios “atributos” que identifican, mediante un rótulo de texto, el modelo concreto del ordenador que tenemos en cada mesa de trabajo, su capacidad de disco duro, o cualquier otra propiedad que sea oportuna.

Una vez que tenemos almacenado en el atributo de cada bloque, los diferentes ordenados que hay en esa oficina, siempre podemos trasladar el contenido de toda la oficina a una relación o lista, que podemos llevar a una “hoja de cálculo” o “base de datos” ajena al propio “AutoCAD”.

Lo mismo que hemos usado los atributos para identificar los ordenadores de las mesas podríamos haber identificado las “personas” que trabajan en cada mesa, las “características de las mesas”, las de las “ventanas” de todo un edificio, o las “llaves de paso” que hemos situado en una instalación de fontanería. Obviamente la utilización de este sistema en cada caso depende de las necesidades particulares y la imaginación de cada usuario.

A modo de ejemplo, en la ilustración adjunta se puede ver una planta de distribución, en la que los rótulos que contienen el “nombre” y la “superficie” de cada habitación, son bloques insertados automáticamente con una rutina desarrollada en AutoLISP que consulta directamente el valor de la superficie desde la orden “área”, y solicita el nombre de la habitación en la línea de órdenes. Posteriormente con otra rutina automática se construye un cuadro donde se relacionan todas las habitaciones de la vivienda y se calcula y anota la suma de superficie “total” del conjunto.

La forma practica para el uso de los atributos, es en primer lugar la “definición” de cada atributo por separado, que se hace con la orden oportuna y como objeto es similar a un “rótulo” de texto. Posteriormente se define el “bloque” incluyendo el “atributo” como otro más de los objetos que lo componen, y a partir de aquí cada vez que se “inserta” ese bloque, el sistema desde la línea de órdenes o con un cuadro de diálogo, solicita los datos particulares del atributo, además de los propios para la inserción el bloque. Además de la orden para definir nuevos atributos, tenemos otras para la edición o modificación de los datos particulares que contiene cada bloque y también para la extracción sistemática a un archivo auxiliar de texto plano o formato SDF, que luego se inserta con facilidad en cualquier hoja de cálculo o base de datos.

El sistema de atributos corresponde a una configuración inicial desarrollada desde las primeras versiones del programa y en todo caso es completamente independiente de las conexiones con “Bases de Datos” mediante “ODBC” que se comentan en el último capítulo y que pueden resultar mucho más potentes aunque también tengan sus propias servidumbres o inconvenientes. También se debe tener en cuenta, que la utilidad de los atributos puede ser completamente independiente de su “extracción” a un soporte externo, como en el caso de los cuadros de superficies que se acaba de comentar.

La orden “ATRDEF(_ATTDEF)” se encuentra conjuntamente con la opciones de bloques en el menú dibujo. Sirve para definir los atributos mediante un cuadro de diálogo que se encuentra perfectamente explicado en la “ayuda” del programa. En el cuadro se incluyen los datos correspondientes, como la “etiqueta” que identifica el objeto, el mensaje que se lanza al insertar el bloque, el valor por defecto, el estilo del texto asociado, la altura y ángulo de este etc.

La orden “ATREDIT(_ATTEDIT)” Sirve para modificar o editar sobre el propio dibujo, los datos que contienen los atributos definidos en una inserción de bloque determinada, a través del cuadro de diálogo.

La orden “ATREXT(_ATTEXT)” En este caso funciona desde la línea de órdenes y despliega un cuadro de diálogo donde se puede optar entre tres formatos diferentes, delimitado por “,” (CDF) delimitado por espacios (SDF) o bien en formato DXF. Opcionalmente se asigna nombre al archivo de texto plano, y un boton para designar un conjunto de selección que contenga los atributos o bloque cuyos datos se van a pasar al archivo de texto

Imágenes Raster Inserción y escala

En una de las primeras sesiones se comentaba la contraposición o diferencia entre los archivos de tipo “raster” y “vectoriales”, siendo los propios del AutoCAD o (*.dwg) uno de los ejemplos más característicos del tipo “vectorial”. Los archivos de formato “raster” se reconocían como adecuados para trabajar con “imágenes” de tipo fotográfico, en las que puede haber una gran variedad de color, pero con una configuración y aspecto relativamente “fijos”, que se organiza como una rejilla de puntos ordenados en filas y columnas, en los que se guardan los valores de color o luminosidad, sobre un área o tamaño prefijado de antemano.

La difusión de archivos de tipo “raster” en los últimos tiempos ha sido realmente espectacular, debido sobre todo a la gran difusión de Internet por un lado y al desarrollo de la fotografía digital, que ya hace algunos años ha terminado por arrinconar y dejar totalmente obsoleta la fotografía tradicional en soporte de película.

Los formatos de tipo “raster” son muy diversos y aunque una de sus grandes utilidades sea la “fotografía” tampoco se puede olvidar la gran generalización en el uso del “scaner”, que permiten captura una  imagen digital, de cualquier documento disponible en papel, a modo de “fotocopia” con total independencia de que contenga “texto”, “fotografías” u otros dibujos previos en ese soporte.

Aunque los archivos de tipo “raster” no son objetos propios de un sistema de CAD, el programa permite la posibilidad de “insertar” imágenes de la mayoría de formatos de este tipo, como si fueran pequeñas “fotocopias” o áreas rectangulares que se insertan en nuestro archivo de dibujo permitiendo una vista rigurosa de la imagen que contiene, aunque los elementos interiores que configuran la imagen no sean modificables.

El archivo de tipo raster se inserta como si se tratara de una referencia externa, y de hecho la orden correspondiente se encuentra disponible en la misma paleta de las “RefX”. Cuando se inserta en nuestro dibujo, además de un punto de inserción que se emplea para situar la esquina inferior izquierda, se especifica un tamaño relativo que sirve para establecer la proporción entre los puntos de la imagen o “píxeles” y las unidades de dibujo.

Una vez insertada la imagen, esta queda definida por su contorno y es manipulable a través de él, es decir se puede desplazar, girar, o escalar, actuando sobre su contorno exactamente igual que si se tratara de un objeto “rectángulo”.

Control de imágenes (clipping y fadding)

Conviene llamar la atención sobre una forma de utilizar este tipo de imágenes, ya que si tenemos la de algún plano o mapa de cartografía y conocemos la posición y distancia relativas de al menos dos puntos interiores, siempre podremos definir una combinación de desplazamiento, giro y escalado, de forma que la imagen “raster” quede perfectamente ajustada con el sistema de coordenadas y unidades de nuestro dibujo y a partir de ahí se puede utilizar como referencia de la geometría de nuestro dibujo. Esta operación se puede realizar toda ella en un solo paso con la orden “ALINEAR(_ALIGN)”.

Además de alinear las imágenes raster para ajustarlas al sistema de unidades de nuestro dibujo, podemos controlar algunos parámetros de la misma, con la orden “AJUSTARIMG(_IMAGEADJUST)” que despliega un cuadro de dialogo sobre el que se puede modificar el “contraste” el “brillo” e incluso la “opacidad” de la imagen, también conocida como “fadding”, lo que nos permite un cierto control de conjunto, sobre el aspecto general de una imagen “raster”.

Además de esto es posible redefinir el “contorno” con la orden “_IMAGECLIP” la cual permite redefinir un nuevo rectángulo, lógicamente menor que el inicial, o incluso un área poligonal, que restringe la imagen a su interior. También es posible mediante una variable de estado “IMAGEFRAME” hacer desaparecer de la vista, la línea de contorno que delimita la imagen aunque en este caso hay que advertir, que si no se muestra el contorno ya no es posible la designación de la imagen como objeto, para hacer alguna otra modificación sobre ella.

 

8.2 – BLOQUES y REFERENCIAS EXT. (B)

Cuando hayamos organizado un conjunto de bloques en el ordenador para facilitar el trabajo cotidiano, antes o después surgirá la conveniencia o necesidad de realizar alguna modificación en uno o varios de los bloques que utilizamos normalmente.

Si el bloque es un archivo independiente en el disco, la modificación solo requiere abrirlo, hacer las modificaciones oportunas y volver a guardarlo. A partir de ese momento, cuando queramos “insertar” el bloque en un nuevo dibujo, estará convenientemente actualizado.

No obstante cuando abramos un archivo de dibujo anterior, que ya tenía insertado ese bloque, observamos que corresponde a la versión antigua que es la que se había insertado en su momento. Esto es así por la propia concepción del sistema de bloques y el funcionamiento interno que se ha descrito en la sesión anterior.

Si queremos actualizar la nueva versión del bloque resulta bastante fácil hacerlo, ya que en el cuadro de dialogo de la orden “insertar” podemos pulsar el botón de navegación para localizar en el disco la nueva versión y lo insertamos como si no estuviese incluido en la lista interna de bloques. Entonces el sistema lanzará un mensaje de advertencia diciendo que ya existe un bloque con ese mismo nombre, y nos dará la opción de actualizarlo pulsando una confirmación.

A partir de ese momento todas las inserciones internas del bloque se actualizan con la nueva versión, y aún podríamos tener la alternativa de guardar el archivo con una variante del nombre inicial si queremos conservar una versión diferente de este archivo, con la versión antigua del bloque, o bien lo actualizamos todo.

Evidentemente para actualizar completamente los “bloques” antiguos que tengamos insertados en todos nuestros archivos de trabajo, se requeriría ir abriendo sistemáticamente los archivos uno a uno para ir realizando la operación anterior. En todo caso esa posibilidad es bastante rebuscada y sin sentido, ya que lo normal es mantener los dibujos antiguos tal como se han utilizado en cada momento. No obstante ese supuesto sirve para ilustrar de forma bastante práctica, la diferencia de comportamiento de las “Referencias Externas” con respecto a los bloques.

Referencias externas (Anidar y Superponer)

La “Referencia Externa” (RefX) es un mecanismo que sirve para enlazar dentro de un determinado archivo de dibujo, cualquier otro que se encuentra en el disco del ordenador, o en cualquier lugar de la red local, de tal forma que ambos archivos mantienen su independencia.

 Esto quiere decir que las actualizaciones o modificaciones que se realizan en el archivo “externo”, se reflejan siempre en el archivo de trabajo que contiene el enlace, con la única salvedad de la coordinación de actualizaciones. Si el archivo de trabajo se encuentra abierto, en cuanto el sistema detecta una modificación en el archivo enlazado, presenta un mensaje de advertencia con la opción de actualizarla, y en los demás casos, se lee del disco el archivo en su versión actual cada vez que se abra el que contiene la referencia.

La operación con “referencias externas” es muy similar a la “inserción” de cualquier bloque, ya que de hecho, en un primer momento el resultado aparente va a ser el mismo.

En el caso de insertar un dibujo como “bloque”, todos los datos del archivo externo se copian e incorporan dentro del archivo de trabajo en el estado en que se encuentren en ese momento, por tanto las modificaciones que se hagan con posterioridad en el archivo externo ya no se reflejarán dentro de este. En cambio cuando se “enlaza” el archivo de dibujo como una “Referencia Externa”, cada vez que se abra el archivo de trabajo se “lee” la versión del archivo enlazado que hay en cada ocasión.

Esta idea se complica algo cuando consideramos otras “referencias” que puedan estar dentro  del archivo que a su vez enlazamos, ya que en primer lugar se pueden generar “referencias circulares”, es decir que el archivo que queremos enlazar contenga él mismo o bien a través de alguna de sus propias referencias, al archivo sobre el que estamos trabajando. En este caso el programa lanza un mensaje de advertencia y bloquea el error.

Por otra parte hay que considerar dos modos  de enlazar las referencias externas, que son los de “anidar” y “superponer”. La diferencia entre ambas es que cuando una referencia está “anidada”, cualquier otro archivo en el que lo enlacemos, se va a llevar anidadas también, todas las referencias que contenga el archivo que se enlaza, siguiendo un modelo similar a las ramas de un árbol.

Cuando la referencia está configurada como “superpuesta” al enlazar el archivo que la contiene dentro de otro superior, esa referencia ya no es arrastrada como en el caso anterior, y simplemente se ignora en el archivo más externo. Esta configuración permite controlar y coordinar más fácilmente el trabajo en “red”, ya que cuando hay diferentes usuarios modificando distintos archivos, podríamos tener un archivo “raíz” en el que concurran archivos comunes “enlazados” por diferentes ramas o caminos, generando conflictos en las actualizaciones  del archivo raíz.

El sistema de “capas” de cualquier “referencia externa” se integra en nuestro archivo de dibujo, mediante un nombre combinado con el del propio archivo, de forma que las capas nunca se solapan ni mezclan con las del dibujo actual. El programa genera automáticamente un nuevo filtro por cada referencia externa, que facilita mucho la gestión de las capas. Los cambios que hacemos hacer sobre esas capas en nuestro dibujo, (visibilidad, color, grosores, etc.) nunca afectan al archivo origen de la referencia, no obstante hay que tener en cuenta una variable de configuración, que puede controlar si esos cambios en las capas derivadas se mantienen cuando guardamos el archivo, o bien se pierden cada vez que se refresca la referencia, con los valores que tengan configurados sobre el archivo de origen..

La orden “ REFEXTERNAS(_XREF)” Se encuentra disponible en el menú de “insertar” con dos posibles accesos, la primera “DWG refrence”, que simplemente abre el cuadro de navegación de archivo, para seleccionar a través del sistema de carpetas, el archivo correspondiente, o bién con la opción “Referencias externas” que abre un paleta específica donde se identifican todas las referencias externas y/o archivos de otros tipos (Raster/DWF/DGN/PDF) que también pueden estar enlazados.

La paleta dispone de un menú el la parte superior con algunos botones para actualizar referencias o cargar nuevos archivo, y a continuación un panel donde se presentan todas la referencias externas y archivos enlazados en forma de lista o de árbol, y que permite gestionar la actualización, la eliminación definitiva o bien una eliminación temporal, que suprime el archivo de la pantalla gráfica pero conserva todos los datos de localización y en su caso las modificaciones locales de las capas si están configuradas así.

En la parte inferior se completa otro panel de información donde vemos el nombre del archivo, la referencia, la trayectoria o “path” donde se encuentra el archivo, el tipo de enlace (anidado/superpuesto) y también la que se almacena, que puede ser absoluta o relativa. Normalmente estos campos son interactivos y se puede insertar el cursor y modificar oportunamente.

Cuando se selecciona el archivo para incorporar como “RefX” por primera vez se despliega un cuadro de diálogo similar al que servía para insertar bloques, aunque en este caso además de las coordenadas del punto de inserción el factor de escala y el ángulo de giro, aparecen las opciones de “anidar” o “superponer” y la selección de trayectoria “Path” relativa o absoluta.

 

8.1 – BLOQUES y REFERENCIAS EXT. (A)

Bloques (concepto y uso)

Los  bloques constituyen otro de los elementos característicos del dibujo con ordenador. La idea del “bloque” es la de un pequeño dibujo más o menos elaborado que se maneja como si fuera un objeto único, aunque de hecho contenga a su vez una estructura más compleja.

Al igual que en el caso de las “capas”, en el dibujo manual de tipo tradicional, no existía prácticamente ninguna técnica asimilable al uso de bloques, con la única salvedad de algunas “hojas de transferencia” que contenían ciertos tipos de “símbolos” o “letras” que se transferían al papel con relativa facilidad.

Aunque el “bloque”, en principio podría ser asimilable a aquellos símbolos, el uso del “bloque” en un ordenador es mucho más flexible, versátil y potente, ya que resulta bastante fácil crear o modificar su definición y características, para adaptarlo a las necesidades de nuestro trabajo particular.

En el caso del AutoCAD, las características de los bloques se han ampliado en las últimas versiones con la incorporación de “bloques dinámicos”, pero en este tema vamos a comentar exclusivamente las características de los bloques estáticos o tradicionales. Cualquier interesado puede seguir las peculiaridades de los “bloques dinámicos” en la “ayuda” del programa.

La idea del bloque, como se acaba de decir, es la de un dibujo relativamente pequeño o sencillo, guardado con un “nombre” o etiqueta, para poder ser insertado en un dibujo más complejo tantas veces como sea necesario. La verdad es que el bloque no tiene por qué ser “pequeño” ni “sencillo”, ya que no hay restricciones en este sentido, pero para que tenga utilidad como tal, “debe repetirse” varias veces dentro de otros dibujos.

Realmente lo que da más sentido a la utilización de los bloques, es la idea de que son objetos, o “pequeños elementos” del dibujo general que se repiten en distintas posiciones dentro de una configuración más amplia. Si nos fijamos, en un dibujo de arquitectura, los muebles, aparatos sanitarios, puertas o ventanas, son ejemplos de elementos que incluso con algún repertorio limitado de variantes, se repiten muchas veces en un mismo dibujo, y por supuesto también en otros dibujos similares. En ingeniería civil, podemos considerar los pozos de registro, válvulas, sumideros o señales de tráfico, y naturalmente en cualquier sector que nos fijemos podremos encontrar paralelismos ya que la idea principal del “bloque”, es la de un “componente” que se repite en “muchas” ocasiones.

De hecho el funcionamiento interno de los “bloques” en AutoCAD se realiza estableciendo una sección independiente del resto del archivo de dibujo, en la que se identifica primero el “nombre” o etiqueta del bloque, su “punto de inserción”, y a continuación todos los elementos gráficos que lo componen, descritos como si se tratara de cualquier otro archivo de dibujo independiente, incluidas capas, colores y tipos de línea. Obviamente esa descripción de componentes se anota “una sola vez” en el archivo general, y cada vez que “insertamos” un bloque, lo único que se anota en la nueva posición, es el nombre del bloque, el punto de inserción y el tamaño relativo.

Este mecanismo establece las características principales para el manejo de los bloques, ya que, no solo podemos definir como un bloque cualquier parte seleccionada dentro de nuestro dibujo actual, sino que cualquier bloque puede contener a su vez otros bloques anidados y también, cualquier archivo de dibujo independiente que se encuentre en el disco, o accesible por la red local, puede ser “insertado” en nuestro dibujo como si fuera un “bloque” mas.

Una vez que se “inserta” a modo de bloque cualquier archivo de dibujo externo, queda incorporado en la lista de “bloques” de nuestro dibujo, y está disponible para poder ser insertado sucesivamente en otros puntos del dibujo. Por otra parte, cualquier “bloque” interno de nuestro archivo de dibujo, se puede “guardar” en el disco como si fuera un archivo de dibujo independiente, y posteriormente podrá ser abierto o editado, como cualquier otro.

Esta característica da lugar a la posibilidad de adoptar distintas estrategias a la hora de organizar nuestra librería de bloques, ya que por un lado podemos crear una estructura de carpetas donde se alojan los bloques constituidos por archivos independientes, o bien por otra parte podemos configurar un pequeño repertorio de archivos de tipo “contenedor”, alojando en cada uno un conjunto parcial de bloques de uso similar. Para gestionar un conjunto relativamente amplio de bloques es conveniente complementarlo con algún desarrollo personal de menús, o bien configurar alguna “paletas de herramientas” que están muy bien adaptadas para este fin, como puede comprobarse a través de la “ayuda”.

La orden “BLOQUE(_BLOCK)” sirve para definir nuevos bloques dentro del archivo en el que estamos trabajando. Se encuentra disponible en el menú de persiana “draw/block/make” o en el panel de la cinta de opciones y cuando se ejecuta despliega un cuadro de diálogo específico.

El cuadro dispone de una casilla para anotar el nuevo nombre, con una lista desplegable que permite ver la lista completa de todos los bloques internos que tenemos hasta ese momento en el dibujo actual. Debajo de la lista tenemos un botón que permite señalar sobre la pantalla gráfica el “punto de inserción” para el nuevo bloque, o bien unas casillas para anotar las coordenadas directamente.

A la derecha se encuentra otro bloque con un par de pulsadores que permiten hacer la selección de los objetos y entidades que van a configurar el nuevo bloque. También se encuentran algunas opciones más, de comportamiento, unidades etc. que se encuentran explicadas en la ayuda correspondiente.

Cuando hemos completado la definición, se sale del cuadro pulsando el botón “OK” y a partir de ese momento el nuevo bloque se encuentra disponible bajo el nombre de referencia para sucesiva “inserciones” dentro de nuestro archivo de dibujo.

La orden “INSERTA(_INSERT)” es la que sirve para insertar bloques en nuestro dibujo. Se encuentra en el menú de persiana “insert/block” o bien en el panel de la cinta. Su ejecución despliega un cuadro de diálogo similar al caso anterior donde podemos seleccionar el nombre desde una lista desplegable, pero en este caso tenemos también un botón a su derecha que nos permite acceso a la navegación por el disco, y naturalmente “seleccionar” cualquier archivo de dibujo independiente, que a partir de ese momento queda incorporado, como un bloque más, en la lista interna de nuestro dibujo.

En este caso sobre las zonas inferiores, se puede anotar las coordenadas del punto de inserción, o bien una marca para situarlo gráficamente en pantalla cuando salgamos del cuadro de diálogo. Hay otra casilla para definir un “factor de escala” que puede ser uniforme en los tres ejes, o diferenciado, y también puede quedar pendiente de definición gráfica. Finalmente otro tanto para el ángulo de giro con el que se quiere insertar el bloque.

En la parte inferior existe una casilla que podemos marcar “explode”, la que supone que el bloque,  a continuación de ser insertado se descompone, y todos sus elementos se incorporan en el archivo de dibujo como elementos individuales que peden ser editados separadamente, cosa que no sucede en los bloques habituales.

Una variante de la orden es la sintaxis “-INSERT”, que en este caso opera solo en la línea de órdenes, sin desplegar el cuadro de diálogo. Con esta variante de la orden, se invoca el último “nombre” de bloque que hayamos insertado, y su confirmación inicia la rutina de designación gráfica en pantalla, lo que es una forma bastante cómoda de realizar sucesivas “inserciones” de un mismo bloque.

La orden BLOQUEDISC(_WBLOCK)” Es una orden que sirve para guardar un bloque ya definido en el dibujo actual, como un archivo independiente. Cuando se ejecuta despliega un cuadro de diálogo específico que permite localizar una carpeta en el disco o la red, asignar un nombre, y elegir cualquier bloque interno de una lista desplegable. Opcionalmente permite seleccionar un conjunto de objetos para configurar un nuevo bloque o bien guardar el dibujo entero.

En la opción “export” del menú file, también es posible seleccionar una opción “bloque” de forma que lo que guardamos en el disco es una definición de bloque que contiene el archivo actual.

Capa color y tipo de línea en los bloques.

Como ya se ha comentado anteriormente, dentro de cualquier bloque puede haber un sistema de “capas”, “colores” y “tipos de línea”, exactamente igual que en cualquier otro archivo de dibujo, no obstante en el caso de los bloques la capa “0” juega un papel bastante singular, ya que al definir un nuevo bloque, todas las capas que contienen objetos, quedan incorporadas al mismo, y los objetos quedan empotrados en ellas, sin la posibilidad de ser cambiados de capa porque forman parte de un conjunto mayor que es el “bloque.

No obstante aquellos objetos que están en la capa “0” cuando se crea el bloque, cada vez que se “inserte” este, se situarán sobre la “capa actual” en ese momento, que por otra parte es la de referencia respecto a la “inserción” del bloque, el cual podremos cambiar de capa, aunque los únicos elementos internos que cambien, son los que inicialmente estaban en la capa “0”

Dicho en otras palabras la capa “0” funciona como capa “flotante” o indirecta en la definición de bloques, exactamente lo mismo que sucede respecto al color o el tipo de línea con la opción “PorBloque”.

Si queremos que un bloque complejo tenga un comportamiento similar a las entidades simples en cuanto a los cambios de color, capa y tipo de línea, debemos tener el cuidado de situar en la capa “0”, todos los elementos que lo van a configurar, y también asignarles a todos ellos, el color y el tipo de línea “PorBloque”.

 

7.2 – CAPAS, COLORES y T.LINEA (B)

La “idea” de aplicar colores en los planos de tipo “técnico” resulta algo extraña para muchos, ya que en los tiempos recientes se encuentra muy asociado el aspecto de planos con la difusión de copias en blanco y negro. No obstante esa idea se debe más al uso de las maquinas reproductoras de planos, que para volúmenes o rendimientos de cierta importancia utilizan técnicas que no reproducen el color.

Si nos remontamos a los primeros tiempos de la revolución industrial, (mitad del siglo XIX) encontramos numerosas muestras de dibujos realizados, sobre original único y con “tintas” de colores, que se empleaban para destacar diferentes aspectos del objeto que se dibujaba. Aquellos dibujos estaban realizados con un nivel de esfuerzo, dedicación y calidad que hoy resultarían sorprendentes y desproporcionados. Posteriormente ha sido probablemente la “reproducción” de copias, la que ha generado que la difusión normal de los planos técnicos se realice con un claro predominio del “blanco y negro”.

Si nos centramos en los programas de CAD en general o el AutoCAD en particular, encontramos que dentro del ordenador se manejan los “colores” incluso desde las primeras versiones del programa de mediados de los años 80s, cuando “no todos” los monitores de ordenador, representaban el “color”.

La verdad es que en las primeras versiones del CAD los colores se empleaban más bien como un mecanismo indirecto para gestionar “grosores” en el trazado final, ya que los “Plotters” de la época funcionaban con un repertorio de “plumillas” numeradas, similar a las que se empleaban en la delineación manual de planos, y que la maquina elegía normalmente en función del color con el que estaba definido cada trazo en el ordenador, por lo que se establecía de forma intuitiva una equivalencia entre “colores” en la pantalla, y grosores de trazo en la salida impresa de los planos.

Este panorama cambia sustancialmente cuando se generaliza a partir de los años 90s, el uso de impresoras de gran formato y Plotters, con la tecnología de “chorro de tinta”, ya que es a partir de ese momento cuando el control sobre el color, además de los grosores, se hace viable y cotidiano en los planos terminados.

De todas formas las costumbres, inercias y gustos personales, siguen manteniendo una gran proporción de planos acabados en blanco y negro, siendo el sector del planeamiento y la ordenación urbanística aquel en el que la utilización del “color” sobre los planos terminados tiene mayor presencia.

Colores, Tipos de Línea, Grosores.

El color, el tipo de línea y el grosor de trazo, son “propiedades” características para casi todos los objetos o entidades simples del AutoCAD, y algunas complejas como los “bloques”, aunque esto se desarrollará en otro capítulo.

En los tres casos el mecanismo general es parecido. Para cada una de las tres propiedades, tiene un “valor actual” elegido entre un repertorio, y es el que se asigna a cada uno de los nuevos objetos y entidades a medida que se van incorporando en nuestro archivo de trabajo.

Por supuesto siempre es posible modificar ese valor a través del panel de “propiedades” o la lista desplegable de la barra de herramientas, con el objeto seleccionado. Esa modificación se puede realizar indistintamente con la selección de un solo objeto o bien con un conjunto de selección, aplicando el nuevo valor a todos ellos.

La orden “COLOR(_COLOR)” Se encuentra disponible en el menú “Formato” o bien en la linea de ordenes, y también al final de la lista desplegable de la barra de herramientas en la que figura permanentemente el “color actual”.  La ejecución de la orden despliega un cuadro de diálogo que da acceso mediante tres solapas de su parte superior a otras tantas formas para definir el color actual. En este punto cabe decir que las versiones antiguas del programa solamente soportaban un repertorio de 256 colores, aunque las actuales manejan el color con 24bits, o sea 16,7 millones de colores diferentes.

En el caso de la primera solapa lo que se encuentra es la “paleta de índices de AutoCAD” que se había configurado sobre el repertorio de los 256 valores tradicionales, pero se ha convertido prácticamente en un estándar. Esta paleta está configurada separando los primeros diez colores, y los seis últimos en un par de bandas inferiores, y el resto se disponen en columnas de diez, de forma que cada decena avanza por el “matiz” de color, en vertical encontramos que cada color se va oscureciendo a medida que aumenta su valor en la decena, y al mismo tiempo se diferencia un nivel de “saturación del color” alta o baja, según sean valores pares o impares.

Las otras dos paletas gestionan el “color verdadero” de 24 bits, mediante un diagrama continuo y la determinación de tres valores independientes (RGB o HSL) y el tercero da acceso a otros tipos de definición como RAL o Pantoné.

La orden “TIPOLIN(_LINETYPE)” se encuentra en los menús junto a la anterior, y funciona de forma similar, aunque con la diferencia que en este caso el cuadro de diálogo que se despliega, muestro solo la lista de “tipos de línea”, que se encuentran “ya cargados” en el archivo de dibujo actual. El repertorio se muestra en forma de lista y resulta inmediato designar la que nos interesa y salir del cuadro pulsando el botón “OK”.

En la parte superior derecha del cuadro se encuentran varios botones, de los cuales “Load” nos permite acceder al sistema de archivos para localizar dentro de la instalación del AutoCAD archivos con la extensión “.lin” (por defecto “acad.lin” y “acadiso.lin”). Una vez seleccionado se muestra la lista de “tipos de línea” cuya definición se encuentra dentro del archivo. Seleccionando una o varias definiciones, al salir del cuadro con “OK”, se incorporan en la lista del archivo de trabajo. Además de “cargar” las definiciones, es necesario aún “seleccionar” el tipo de línea que queremos adoptar y confirmar al salir del cuadro.

La orden “GROSORLIN(_LWEIGHT)” funciona de manera similar, aunque en este caso el cuadro de diálogo además de mostrar la lista de grosores, contiene un valor adicional “default” que opera como valor global por defecto. También tiene un botón selector para expresar los grosores de línea en mm. o pulgadas, y un cursor deslizante que controla el aspecto relativo de los grosores. Este último no afecta a los grosores en la impresora, pero sí al aspecto que muestran en “pantalla” cuando además está activado el interruptor correspondiente en la barra de estado.

Valores directos e indirectos: “PorCapa” y “PorBloque”

Otra de las características comunes a estas tres propiedades, es que además de los valores propios o directos, que están disponibles en los repertorios de cada una, se encuentran otros dos, denominados “PorCapa” y “PorBloque”, que sirven para establecer una asignación “indirecta” de la propiedad correspondiente, de forma que al asignar el valor “porcada” a los objetos, estos adoptan el valor del “color” que tiene asignada la “capa” en la que se encuentran en cada momento.

En el caso de los bloques el funcionamiento es similar, aunque en este caso hay una doble condición. Los objetos o entidades simples deben encontrarse en la capa “0”, además de tener el color “PorBloque”, para que una vez creado, los objetos internos de este, adopten el color de la capa en la que se encuentra el bloque. Si no es así, los objetos simples que configuran el bloque y se encontraban en una capa diferente de la “0” cuando se crea el bloque, quedan obligados a permanecer en esa capa para siempre.

De esta forma es posible modificar el aspecto de un conjunto de objetos modificando solo los valores de la propiedad en la “capa”, sin necesidad de seleccionar todos los objetos del conjunto, o bien identificar en ciertos objetos la capa en la que se encuentran en cada momento a través de su “color” u cualquier otra de propiedades, por el aspecto que tiene en cada momento.

Evidentemente la forma más conveniente de utilizar en cada caso este sistema queda a la iniciativa de cada usuario, o la conveniencia en función del tipo de dibujos que realiza normalmente.

 

7.1 – CAPAS, COLORES y T.LINEA (A)

Ordenando el trabajo. Concepto y uso de capas.

En el Capítulo 4 ya se había mencionado el concepto de “capa”, que se presentaba como una de las grandes diferencias en el trabajo mediante ordenador, en contraposición al trabajo manual. La mejor definición, del concepto de “capa” es su equivalencia con una “hoja transparente” en la que se dibujan ciertas partes o elementos del dibujo, y se superpone sobre el papel, pero que en determinadas circunstancias se puede situar por detrás, de forma que su contenido queda oculto, aunque sigua formando parte del archivo y pueda reponerse a voluntad.

Además de la equivalencia sobre la hoja transparente las capas de AutoCAD tienen otra utilidad adicional, y es que pueden realizar un control de conjunto, sobre los clores, tipos de línea y grosores, de todos los elementos gráficos que contiene una determinada capa.

El uso del sistema de capas permite “organizar” el archivo de dibujo de forma que se agrupan en cada una, elementos que por su aspecto o funcionalidad son similares o bien representan algún objeto o subconjunto unitario. Por ejemplo podemos agrupar en una capa las líneas auxiliares, los rótulos de texto, las cotas, o bien separar diferentes conjuntos funcionales, como puede ser en el dibujo de un plano de arquitectura, las líneas que configuran el muro seccionado, las puertas, los muebles, los aparatos sanitarios, etc.

Esto permite gestionar la visualización y el aspecto general porque además de lo anterior y en combinación con el sistema de ventanas, desarrollado en el capítulo anterior, es posible configurar aspectos diferentes dentro de cada ventana, de los objetos situados en una misma capa.

Como ya se puede intuir, el sistema de capas es una herramienta enormemente versátil y potente en la elaboración de dibujos, aunque como contrapartida pueda presentar un cierto nivel de complejidad. En el manual de ayuda del programa, la explicación del sistema de capas, es particularmente útil y está bien desarrollada, por lo que se recomienda una lectura seguida y completa con el fin de alcanzar una visión de conjunto sobre el sistema. Este se encuentra en la “Guía del Usuario” / (6) “Creación y modificación de objetos” / (1) Control de las propiedades de los objetos” / (2) “Utilización de capas”.

Capa 0, Actual, Nombres y Propiedades

Dentro de cualquier dibujo de AutoCAD siempre existe necesariamente una capa “0” (cero) cuyo nombre no se puede modificar, pero además de esa, es posible crear tantas capas nuevas como se considere oportuno. Las capas se identifican mediante un “nombre”, que puede tener hasta 255 caracteres alfanuméricos incluido el espacio en blanco o el punto, aunque existen algunos caracteres restringidos que no pueden ser usados,  en concreto:

                      < > / “ : ; ? * | = ‘

El sistema ordena la lista de capas por orden alfabético, por lo que conviene elegir los nombres con cierto “criterio”, como emplear alguna raíz común que permite agrupar u ordenar subconjuntos de capas.

Dentro del conjunto de capas existe siempre una capa “actual”, que es precisamente en la que se sitúan los nuevos elementos que se van incorporando al dibujo, con independencia de que posteriormente puedan ser cambiados o situados en otra diferente. Esa capa actual normalmente se identifica dentro de la lista con una marca especial, y se visualiza en la barra de herramientas de forma permanente.

El Panel de Capas

El programa AutoCAD dispone de una orden “CAPA(_LAYER)”, que se encuentra accesible desde el menú desplegable “formato”, y en el de cinta de opciones, dispone de una panel especifico con una serie de herramientas y botones para la gestión de capas.

La gestión sobre las capas se realiza a través de un panel, donde se presenta la lista de las capas existentes en el dibujo con un conjunto de columnas que especifican todas sus propiedades. El uso del panel es interactivo de forma que marcando con el ratón sobre los diferentes campos, se modifican sus características ya sea de forma directa o mediante otros cuadros auxiliares.

La ejecución de la orden “capa” bascula entre la apertura y cierre del “panel de capas”. El cuadro de dialogo puede ser flotante o bien estar anclado a alguno de los bordes de la pantalla de acuerdo con las propiedades generales de los paneles de forma que se oculta y muestra automáticamente al pasar sobre él.

Dado que se utiliza con mucha frecuencia, conviene dedicar algunos minutos para ajustarlo a nuestra conveniencia para encontremos cómodos con la forma de utilizarlo. Además del panel flotante, el programa también dispone de una variante desde la línea de órdenes, aunque solo representa una compatibilidad hacia atrás, ya que el panel de capas aparece a partir de la versión 12, y también permite gestionar las capas en el desarrollo de “macros” o lenguajes de personalización como AutoLISP. En la práctica esta variante es bastante más incómoda y se encuentra en desuso.

Una vez que se abre el panel de capas, este dispone de una barra particular de herramientas en la parte superior, y otra de información en la parte inferior. A la izquierda tiene de una zona desplegable en la que se muestran y activan los “filtros” que sirven para manejar y gestionar conjuntos o grupos de capas. Inicialmente existen algunos preestablecidos, como el conjunto “todas” o las Xref enlazadas en el dibujo. Estos filtros no se pueden modificar pero siempre podremos crear otros nuevos mediante un cuadro de dialogo específico. En el resto del panel a su derecha se muestra únicamente la lista de capas que contiene el filtro, aunque también hay una casilla de marca en la parte inferior para invertir la acción del filtro. En el resto del panel hay una primera columna con los nombres de las capas, que se puede estirar o encoger manteniendo la visibilidad ante desplazamientos horizontales del resto de columnas.

Sobre la barra de herramientas, disponemos en primer lugar de un par de botones para crear filtros o grupos de filtros que comprenden conjuntos parciales de capas y resultan prácticos cuando el número de estas es grande. A continuación se encuentra otro botón que da acceso a través de otro cuadro de diálogo, a la definición o recuperación de “estados de capas”, que no se deben confundir con los filtros.

Los “estados de capas” son configuraciones de todo el conjunto, que se guardan en una lista, con el fin de que posteriormente puedan ser recuperados. El sentido es poder guardar diferentes configuraciones o estados de la visibilidad de las capas, o de sus propiedades como colores, grosores y/o tipos de línea.

Además de esos botones se encuentran otros más inmediatos para crear nuevas capas, seleccionar una nueva “capa actual”, o borrar una capa, aunque esto último solo es posible cuando la capa está totalmente vacía de entidades y objetos.

En la barra de herramientas y en el panel correspondiente de la cinta de opciones, encontramos un conjunto de herramientas bastante versátil que nos permite cambiar objetos de capa, bloquear o desactivar capas con la designación directa de objetos que las contienen y otras más. También se encuentra una lista desplegable, que contiene las capas del dibujo actual y permite seleccionar una nueva “capa actual”, o acceder a las propiedades más importantes de las distintas capas.

Plantillas

Si bien la forma más inmediata para crear nuevas capas es la de ir escribiendo sus nombres en el panel, esto presenta ciertas limitaciones, si queremos “unificar” una estructura determinada de capas entre varios archivos de dibujo, evitando las erratas de pulsación que acaban dando lugar a capas con nombres parecidos pero diferentes.

Una de las formas para abordar esto, es el uso de “plantillas”, ya que cuando se inicia un archivo de dibujo nuevo, el programa genera estrictamente una copia del dibujo prototipo o plantilla de referencia, que se selecciona en el panel de inicio ( “acad.dwt”, acadiso.dwt”, .. etc ), por lo que desde el primer momento el nuevo dibujo “contiene” replicadas todas las capas que había en la plantilla de referencia. Si queremos replicar una configuración de capas concreta, podemos “editar” el archivo de plantilla que nos interesa, y crear en él, el conjunto de capas de referencia. A continuación se guarda “ .. en modo plantilla”, ya sea con el mismo nombre, o con uno nuevo personal. A partir de ese momento se pueden “iniciar” nuevos archivos de dibujo, con la plantilla que acabamos de configurar, que ya contiene la lista de capas que nos interesa.

Además de esto y teniendo en cuenta que en cualquier archivo de dibujo, es posible “insertar” cualquier otro dibujo de AutoCAD, como si fuera un “bloque”, incorporando todo su contenido y por supuesto también la lista de capas que tuviera definidas, tenemos otra alternativa al caso anterior. Insertar a modo de “bloque”, un archivo prototipo que contenga la lista de capas deseada.

Otra alternativa para copiar un conjunto de capas a un nuevo dibujo, es el “centro de diseño/design center” (Se encuentra en el menú “Herramientas” / “Paletas” ), el cual despiega un panel con un arbol que permite localizar cualquier archivo navegando por el arbol de directorios, y una vez localizado un archivo de dibujo, acceder a su propia lista interna de capas, y “copiar” aquellas que nos interese.

Ocultar, congelar, bloquear, trazar

Las acciones más comunes que se realizan sobre las capas, son las de activar o desactivar su visibilidad, bloquear la capa, asignar color, tipo de línea y grosor de línea, o desactivar su trazado en la impresora.

En relación con la visibilidad de la capa existen dos controles diferentes, “activar/desactivar” o bien “inutilizar/reutilizar”. Aparentemente las dos generan el mismo efecto, pero la diferencia es interna ya que cuando se “inutiliza” una capa se evita que sus entidades sean procesadas cuando se regenera el dibujo, por lo que en archivos grandes el comportamiento debería ser algo más ágil, no obstante esto que hace tiempo podía apreciarse, con la potencia de los sistemas y máquinas actuales pasa bastante desapercibido.

El bloqueo de una capa tiene sentido cuando trabajamos en un dibujo complejo, y queremos evitar que “accidentalmente” se puedan designar y modificar objetos de una determinada capa. Al encontrarse “bloqueada” sus elementos ya no pueden siquiera ser “seleccionados”.

En cuanto al Color, Tipo de Línea y Grosor, hay que tener en cuenta que estas tres propiedades que tiene asignadas cada capa, solamente se aplican a los objetos que tengan la propiedad correspondiente definida  como “por_capa”, sobre el propio objeto, es decir con una asignación “indirecta”.

En una capa determinada, por ejemplo de color “azul” puede haber objetos de color “rojo” perfectamente, y todos aquellos que sean del color “por_capa” son los que se verán en color “azul” además naturalmente de los que puedan tener el “azul” como color propio. El interés de esto, es que si en un momento dado cambiamos el color de la capa a “negro”, los objetos que antes se veían azules cambian de color al negro pero los rojos se quedan igual, ya que para cambiar su color seria necesario designarlos individualmente para luego cambiar su color.

Además de todas las columnas y propiedades normales, cuando desplegamos el panel de capas en “espacio papel” aparece otro conjunto de columnas o propiedades referidas a las “ventanas” del espacio papel de forma que cuando “abrimos” una determinada ventana del espacio papel, podemos modificar las propiedades de estas nuevas columnas, que “solo” afectarán a la imagen de esa ventana en el espacio papel correspondiente, pero “no” modifica la propiedad en el espacio general. De esta forma es posible configurar presentaciones o planos en los que un determinado objeto puede tener diferente aspecto según la ventana por la que se presenta, y las propiedades que hayamos configurado para la capa correspondiente dentro de esa ventana en particular.

 

6.3 – VISUALIZAR e IMPRIMIR (C)

Trazado en papel. Escalas y Presentaciones.

La terminología de diferentes “espacios” tiene su justificación precisamente en que cada uno de ellos mantiene su propio “sistema de unidades”. En el caso del modelo el sistema de unidades es el propio del objeto que se dibuja, (metros, pies, centímetros ó millas) y en el caso del espacio papel, el sistema de unidades es el específico de la impresora y el papel para imprimir, normalmente milímetros o pulgadas con los que se define el formato de la hoja de papel en verdadera magnitud.

Obviamente la “escala” del dibujo depende del trazado o la impresión que configuramos en cada caso. Como ya se ha visto, precisamente el sistema de “presentaciones” permite configurar un mismo “plano” u hoja de papel con dos o más ventanas para representar el mismo objeto a escalas diferentes. No obstante llegados a este punto, hay que hacer una distinción importante ya que para realizar  el trazado de un dibujo en papel ajustando su escala, tenemos dos vías alternativas y conviene tener presente sus  matices si queremos evitar errores y confusiones.

Primera Vía (impresión directa)

La “primera vía” es la más elemental y directa, y consiste en definir un área rectangular en el dibujo, que lógicamente tendrá un determinado tamaño en sus propias unidades, (largo x ancho) y establecer su correspondencia sobre una hoja de papel que tenemos disponible en una determinada impresora.

Cuando se establece esa correspondencia se puede determinar el tamaño que debe tener el área rectangular en el papel impreso con sus medidas en milímetros ó pulgadas, dependiendo del tamaño del área en sus medidas originales (largo x ancho), mediante una regla de tres que es precisamente el valor de la “escala”, o también estableciendo simplemente la correspondencia directa con el área de papel “disponible” en la impresora.

En este segundo caso obviamente el aspecto final mantiene las proporciones del dibujo original, pero puede ser difícil conocer el valor concreto de la relación que representa la escala de trazado, ya que depende de la relación entre el tamaño del rectángulo inicial en “unidades de dibujo” y el tamaño del área rectangular disponible en la impresora “medida sobre el papel”. Obviamente conociendo esos valores se puede calcular la escala, con la precaución de considerar la orientación efectiva de ambos rectángulos, pero difícilmente va a coincidir con los valores enteros y normalizados que se emplean normalmente en los escalímetros. En todo caso este método aunque adolece de limitaciones resulta muy empleado por su inmediatez, y desde el programa se gestiona a través del cuadro de dialogo de la orden “plot”.

La orden “TRAZAR(_PLOT)” despliega el cuadro de dialogo “Imprimir”, desde el que se configura todo esto, además de otros aspectos por lo que es uno de los más extensos y complejos que conviene examinar con cierto detenimiento respaldado con la “ayuda” del programa.

El cuadro de dialogo tiene un cuerpo principal a la izquierda y en el borde derecho una parte que se puede ocultar con un botón.  En la parte superior tiene una lista desplegable, con acceso a otras configuraciones de página que hayamos guardado o un botón para realizar una nueva que se guarda con un nombre o etiqueta. La configuración de la página comprende el conjunto de especificaciones que se gestionan en este cuadro.

El siguiente bloque permite elegir el dispositivo o impresora de una lista desplegable. En ella se encuentran todas las impresoras que tiene configurado el ordenador, ya sea de forma directa o a través de una red local. También aparecen los archivos “pc3” que son configuraciones de dispositivo internas del programa, que se pueden crear, editar y configurar con otras ordenes y permiten imprimir en “dispositivos virtuales” como por ejemplo archivos PDF, o imágenes raster tipo JPG ó PNG. Al lado se dispone de un botón que permite acceder a la configuración particular de cada dispositivo.

En ese bloque aparece un diagrama con las dimensiones acotadas del papel, y una referencia del origen de coordenadas sobre este. También hay una casilla que permite activar la opción de guardar todo el trazado en un archivo particular con extensión PLT el cual ya es completamente independiente del programa AutoCAD y puede ser ejecutado directamente por impresoras o dispositivos que soporten ese lenguaje, lo cual es bastante habitual.

Debajo de este bloque se encuentra una lista desplegable con los formatos de papel disponibles. En esa lista se encuentran los que ya vienen configurados en cada dispositivo, pero también aquellos que hayamos podido definir a nuestra conveniencia en un dispositivo determinado a través de su botón de “propiedades” o desde el propio dispositivo.

Finalmente en la parte inferior tenemos una zona izquierda donde vamos a especificar el “área” de dibujo que queremos imprimir, y a su derecha las especificaciones de la “escala” del trazado. Para especificar el área tenemos una lista desplegable con varias opciones: “pantalla”, “extensión”, “límites/presentación” y “ventana. La primera supone elegir estrictamente el área que se visualiza en la pantalla gráfica en ese momento. La segunda se refiere al área mínima que contiene “todos” los elementos y objetos del dibujo, la tercera corresponde a la especificación de los “límites” del dibujo y si estamos en “espacio papel” es reemplazada por “presentación”, y la última “ventana” genera la desaparición momentánea del cuadro y permite señalar gráficamente en pantalla un área rectangular a nuestra conveniencia, devolviendo la presencia del cuadro en cuanto esta definida.

Una vez definida el área de la “ventana” aparece un botón al lado que permite redefinir o modificar esa área, que una vez especificada se destaca en la pantalla gráfica. En la parte inferior existen un par de campos de anotación donde podemos especificar las coordenadas X e Y para un desplazamiento del área respecto al origen de coordenadas del trazado en el papel, naturalmente en su propio sistema de unidades, o bien una marca que genera el centrado del área sobre el papel, y al mismo tiempo muestra las coordenadas donde se ubica su origen. Los valores negativos suponen que alguna parte del área queda fuera de la superficie disponible en papel y no se van a trazar. También se encuentra un botón que genera una “previsualización” del resultado, lo que es muy útil para evitar errores y olvidos.

A la derecha de esta zona se encuentran los campos que permiten definir la escala. En primer lugar aparece una casilla “Ajustar a papel” que cuando está activada, genera un ajuste forzado entre el área definida en el dibujo, y el área disponible en el papel teniendo en cuenta la orientacion especificada. En este caso el acceso a los siguientes campos queda desactivado pero se muestran los valores correspondientes de la relación. Si está desactivada la casilla inicial, entonces los siguientes campos son accesibles, y se puede especificar la escala mediante los valores configurados en una lista desplegable o bien especificando directamente en sus campos, los valores equivalentes entre mm. o pulgadas de papel, y la distancia correspondiente en unidades del dibujo.

Una vez concluida la definición de todos los parámetros podemos ejecutar el trazado pulsando el botón “OK” en cuyo caso debe estar disponible y en línea la impresora, o bien podemos guardar todo el conjunto de parámetros bajo un nuevo nombre de página de configuración que podremos recuperar posteriormente.

Segunda Vía (espacio papel)

En el caso anterior nos hemos olvidado completamente de todo el sistema de “espacio papel” y “ventanas” que habíamos desarrollado anteriormente. Si bien este nuevo sistema puede resolver de modo completo el trazado de cualquier plano o dibujo, el sistema de “espacio papel”, está concebido para facilitar la realización de planos más complejos y elaborados.

Una ventaja adicional del sistema de “espacio papel”, es que la elaboración del plano se hace independiente del resto del trabajo y podemos configurar un plano de trazado incluso “antes” de haber terminado el dibujo, o bien modificar discrecionalmente el contenido del mismo sin preocuparnos de los planos, con la seguridad de que al volver a ejecutar el trazado, no será necesario volver a rehacer los ajustes finales.

Cuando basculamos al “espacio papel” el propio programa nos muestra en pantalla el esquema de una hoja de papel cuya configuración vamos a definir.  La idea central es que dentro de la “presentación” y en el “espacio papel” elaboramos el aspecto de un plano completamente acabado, y dentro de él situamos una o varias “ventanas” distribuidas a nuestra conveniencia tanto en posición como en tamaño. El aspecto del plano se completa con líneas, recuadros y objetos de texto sin ninguna otra limitación.

Cuando situamos esas ventanas en el espacio papel, el tamaño de las mismas está determinado en el sistema de unidades de la hoja de papel, y por tanto las consideraciones sobre la “escala” que en el caso anterior se hacían en el cuadro de dialogo “imprimir”, ahora es preciso tenerlas en cuenta al definir el tamaño de cada “ventana” dentro del “espacio papel” y luego ajustar el área que se visualiza en el interior de cada una, en este caso ya, en el sistema de unidades del dibujo.

Obviamente cuando tenemos que “imprimir” la presentación o plano correspondiente ya no es necesario volver a considerar la escala del dibujo, dado que vamos a imprimir una “hoja de papel” configurada con sus propias dimensiones, y por tanto en el cuadro de diálogo “imprimir” sobre el apartado de escala hay que especificar la relación uno a uno. [ 1:1 ] ya que en este caso particular, coinciden las dimensiones del objeto real “hoja de papel” con el modelo virtual que hemos configurado en el ordenador “hoja de presentación”.

La definición de la escala para una ventana determinada se realiza con bastante facilidad mediante el cuadro de propiedades. Una vez designado el objeto “ventana” dentro del “espacio papel” entre los valores de datos del objeto se encuentran dos parámetros que corresponden a modos diferentes de especificar la “escala”, que siempre es una relación entre el tamaño de la propia ventana en el sistema de unidades del “espacio papel” y el tamaño del dibujo que cabe dentro de esa ventana en su propio sistema de unidades.

Una vez definida la escala de la ventana en el cuadro de propiedades, quedaría pendiente ajustar el encuadre correcto, lo cual se puede hacer fácilmente activando el espacio modelo y entrando dentro de la ventana con la orden «encuadre» para desplazar el modelo sin alterar el factor de ampliación. Una forma alternativa podría ser también mediante la orden “zoom” al espacio modelo a través de la ventana, asegurando la exactitud del área que se designa, bien por teclado mediante coordenadas o con la ayuda de algún objeto auxiliar de tipo rectángulo que luego se oculta o desecha.

Después de ajustar el factor de ampliación y escala en todas las ventanas, conviene dejar cerrado el acceso accidental a su interior basculando al espacio papel de forma sistemática ya que es relativamente fácil realizar movimientos involuntarios sobre la rueda del ratón, que en caso de estar activado el espacio modelo dentro de alguna ventana, alteraría inevitablemente la escala o apariencia de esta.

Para crear “nuevas” presentaciones, es muy habitual apoyarse en otras existentes, obteniendo “copias” desde el menú contextual del botón derecho del ratón, ya que en origen los planos presentan muchos elementos comunes, y luego en cada uno se van particularizando sus propias características.

En cualquier archivo de dibujo que se inicia en AutoCAD existen en origen dos presentaciones disponibles, pero en cualquier caso se pueden definir otras nuevas mediante la opción “Page Setup Manager” del menú “Archivo(File)”  que inicia un cuadro de dialogo con la lista de todas las presentaciones disponibles cuando estamos en “espacio papel”, y un conjunto de botones para crear una nueva o modificar cualquiera de las existentes. Tanto en un caso como en otro lo que se inicia es el cuadro de dialogo de “imprimir” que es sobre el que se definen los parámetros que el sistema guarda conjuntamente como una presentación”.

Escalas de anotación

Cuando se utiliza el sistema de presentaciones con múltiples ventanas a diferentes escalas de un mismo dibujo, enseguida aparece un relativo conflicto con cierto tipo de objetos, como son los rótulos de texto, los objetos de cota, y el tamaño aparente de los tipos de linea o los rayados de trama.

El conflicto surge porque este tipo de objetos normalmente tienen un tamaño configurado en función de su aspecto final, lo cual va a depender de la escala, y si el objeto aparece en dos ventanas diferentes, al menos en una de ellas se encontrará fuera de escala.

Eso supone que al gestionar un dibujo determinado es preciso planificar el sistema de “capas” de tal forma que ese tipo de objetos queden ocultos selectivamente en ciertas ventanas, gestionando la visibilidad de estas capas, separadamente en cada ventana.

A partir de la versión 2009 del AutoCAD,  el programa dispone de una nueva propiedad para ese tipo objetos, que es la “escala de anotación”, la cual se puede especificar sobre el propio objeto y también en cada una de las ventanas que creamos en el “espacio papel” de tal forma que los objetos de tipo “anotativo” solo se muestran en aquellas ventanas del espacio papel, cuya “escale de anotación” coincide con la escala de anotación que tiene definido el propio objeto.