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2.2 – Sistema de ayudas y manual de usuario.

El sistema de Ayuda en “AutoCAD” es bastante completo,  y se localiza de diversas formas dentro del uso habitual. Se puede invocar directamente pulsando la tecla “F1”,  o desde cualquiera de los menús, estando presente en el extremo derecho del menú tradicional (persianas), o bien escribiendo directamente por teclado la orden “HELP” o indistintamente escribiendo el símbolo de interrogación “?”.

La pulsación F1 es sensible al contexto, ya que si se realiza directamente se inicia el proceso de Ayuda abriendo una ventana específica con el contenido inicial. En caso de que la pulsación de F1 se haga dentro de una “orden” en curso de ejecución, se abre igualmente la ventana pero en este caso se presenta en ella específicamente la ayuda que corresponde con la “orden” en curso.

El Panel de Ayuda que se muestra en una ventana independiente del S.O. se presenta como hipertexto, enriquecido con gráficos y algún vídeo, y se navega con facilidad dentro de él a través de enlaces activos, la barra de herramientas o los menús sensibles. También incluye en el lado izquierdo una “barra de navegación”  con una estructura anidada del “índice de contenido” de todos los documentos que componen el sistema de “ayuda”. Esta barra de navegación tiene tres solapas de configuración, la primera que presenta el propio índice anidado, la segunda con una indexación de referencias de contenido con una ventana de acceso, y la tercera con una opción de búsqueda de texto por toda la documentación.

Los documentos que componen la ayuda del programa son:
  •        Guía del Usuario
  •        Referencia de Comandos
  •        Dispositivos y Periféricos
  •        Guía de Instalación y Licencias
  •        Guía de Personalización

Finalmente también contiene un par de referencias sobre AutoLISP y ActiveX, pero en este caso solo contiene enlaces con otras ventanas de Ayuda especializadas en estos temas, que en todo caso constituyen un par de campos muy amplios para personalizar o ampliar las funciones y órdenes del programa.

Desde el panel de Ayuda, naturalmente se contempla la posibilidad de imprimir los distintos temas. No obstante dentro de las carpetas que genera la instalación del programa, y junto con los archivos de hipertexto con el contenido de las distintas partes de la Ayuda, se encuentra a su vez una colección de archivos PDFs, que pueden manejarse por pantalla o en versión impresa con toda facilidad e independientemente de que el programa se encuentre iniciado o no.

Guía del Usuario

Es uno de los documentos más amplio. En versión PDF contiene más de 2.000 páginas. Incluye una explicación completa de todos los aspectos del programa y se encuentra ordenado con una estructura encaminada al aprendizaje. Esta guía se puede utilizar perfectamente como manual  de aprendizaje perfectamente exhaustivo, o bien como referencia de los diferentes aspectos de uso.

Referencia de Comandos

Es el otro gran documento. Su extensión en versión PDF supera las 2.400 páginas e incluye el contenido sistemático de “todas” las órdenes del programa. Incluye un índice alfabético para facilitar el acceso a las órdenes. En el caso del panel de hipertexto, cada referencia contiene tres solapas, “Concepto” “Procedimiento” y “Referencia Rápida”. La última es la que se presenta inicialmente, y las dos primeras nos pueden llevar navegando por otros documentos, sobre todo la “Guia de Usuario”.

Dispositivos y Periféricos

Tiene una extensión bastante menor, unas 180p, y en él se especifican y desarrollan algunas especificaciones de “ratones” “tabletas digitalizadoras” o plotters”.

 Guía de Instalación y Licencias

Se trata de una guía específica del tema y unas 60 pgs de extensión.

Guía de Personalización

Este es un documento de tamaño medio, tiene unas 600 Pgs en versión PDF y desarrolla las peculiaridades de los sistemas de menú personalizables, lenguaje de macros, personalización de tipos de linea y patrones, etc. En todo caso el lenguaje LISP o el desarrollo de ActiveX se encuentran fuera de este documento.

 

2.1 – La Interfaz del AutoCAD

En las versiones iniciales del AutoCAD, el arranque del programa se hacia a través de un menú de texto con menos de una decena de opciones numeradas. Desde este se iniciaba la “interfaz gráfica”, y era frecuente configurar el ordenador con sistemas de “doble monitor” (uno normal para texto, y otro especial, caro y sofisticado para gráficos) y se ampliaban las “prestaciones” del equipo, con la necesaria instalación de “coprocesadores matemáticos”, “ampliaciones de memoria” y las convenientes “tarjetas gráficas de expansión” (ISA 8y16, EISA 16y32, Microchanel 16 y 32, coprocesadores y memorias de gráficos .. etc).

La llegada de Windows95 y la mejora paulatina de las prestaciones gráficas en los ordenadores habituales, acabó definitivamente con aquellas configuraciones especializadas y específicas. En la actualidad basta “iniciar” el programa como cualquier otro, de acuerdo con las peculiaridades del Sistema Operativo, y aparece en pantalla la ventana correspondiente con la interfaz gráfica y las opciones normales de uso: menús, iconos y/o botones gráficos. A partir de la versión 2.009 se ha producido una renovación importante del “aspecto” que es la que se adopta como referencia, aunque coexisten opciones para compatibilizar todas las versiones existentes hacia atrás.

Cuando se arranca el programa, inicialmente el aspecto de la pantalla es una ventana que contiene en el borde superior una “Barra de Título”, y en el borde inferior una “Barra de Estado”. Además de estas dos barras, también hay un “Área Gráfica” en el centro, una “Ventana de Texto” en la parte inferior y un sistema de “menús de trabajo” normalmente por los bordes de la ventana.

El área gráfica corresponde a un archivo de trabajo en blanco que se inicia desde el “prototipo” configurado por defecto y el sistema le asigna un nombre genérico <”Dibujo n”>. La primera vez que se trata de guardar el archivo en disco mediante la orden “SALVA” se invoca el cuadro de dialogo correspondiente, que permite asignar un nombre específico y personal al archivo de trabajo, y ubicarlo en la carpeta oportuna navegando por todo el S.O.

El programa puede mantener abiertos varios archivos de trabajo simultáneamente, aunque solo uno se mantiene activo y en primer plano. También se pueden cerrar todos los archivos, en cuyo caso la ventana del programa solo mantiene las barras de “Título” y “Estado”, presenta un fondo con un aspecto que recuerda la fibra de carbono, y en la Barra de Título, el menú de acceso rápido mantiene activas las opciones de “nuevo” y “abrir”. También se mantienen a la derecha los botones habituales del S.O. para extender, minimizar o cerrar cualquier ventana, y por supuesto el “LOGO” del programa con todas sus opciones bajo él.

La Barra del Título

Profundizando algo más, cabe decir que la Barra de Título en el borde superior de la pantalla,  contiene en el centro el nombre del programa y el del archivo sobre el que estamos trabajando en cada momento. En la parte izquierda se encuentra un “Logo” del programa que  despliega un menú donde se concentran el conjunto de tareas más frecuentes de inicio, arranque y mantenimiento con un panel de información explicativa o desarrollo de las opciones que facilita enormemente su uso y es conveniente dedicar algunos minutos al  examen de su contenido. Inicialmente puede contener una “lista” con los archivos actualmente abiertos, o bien de los últimos que se han utilizado, y un campo de búsqueda referido a las órdenes del programa. En la parte inferior se encuentra un botón de salida, y un acceso al cuadro de dialogo de “opciones” para acceder a  la configuración del programa.

A la derecha del icono se configura un “menú de acceso rápido” que es novedad en la interfaz 2009 el cual incluye algunas órdenes de uso frecuente. Su configuración es bastante inmediata ya que tiene en el extremo derecho de una flecha desplegable, y en el panel se pueden marcar las órdenes a visualizar. En el bloque inferior se puede seleccionar, la presencia de otros comandos, activar u ocultar la barra de menú tradicional (tipo persiana) y opcionalmente la posibilidad de mostrarse debajo del “ribbon” o “cinta de opciones”.

En el lado derecho de la barra de título,  aparecen algunas opciones particulares vinculadas al sistema de Ayuda, a través de la conexión por Internet, centro de comunicación, centro de sincronización, favoritos, y un campo para búsquedas en distintos entornos. En el extremo se encuentran los botones habituales del S.O. para extender minimizar o cerrar la “ventana activa”, pero que a se duplican por debajo referidos a su vez, al archivo de trabajo en curso.

La Barra de Estado

La Barra de Estado se encuentra en el borde inferior de la pantalla y sirve principalmente para “mostrar” información y/o mantener al alcance algunos controles y ordenes de uso común.

En el extremo izquierdo se muestra un conjunto de tres números reales separados por comas, que corresponden a las coordenadas cartesianas del cursor gráfico. A continuación se encuentra un conjunto de “pulsadores” (Orto, Snap, Refent .. etc) que configuran una serie de estados del programa. Cuando están “activos” se visualizan en tono azulado y si no en gris. Al deslizar el curso sobre ellos se iluminan suavemente y si nos detenemos se muestra una etiqueta de texto para identificando cada uno.

En la parte derecha de la barra se encuentran otros conjuntos de pulsadores. El primero corresponde a la gestión de EspacioMODELO y EspacioPAPEL, y las presentaciones de salida. A continuación un par de pulsadores con acceso inmediato al “zoom” en tiempo real y al desplazamiento de pantalla o “encuadre”. Luego hay otros más para gestionar las “escalas de anotación”, los espacios de trabajo un control de bloqueos, el acceso a la lista de controles de la propia barra, y finalmente un pulsador para maximizar el área gráfica.

El Área Gráfica

El área grafica en principio es un espacio en blanco que ocupa la zona central del espacio disponible en la pantalla. EN el se van añadiendo los elementos gráficos y de geometría que vamos construyendo paulatinamente y la vista se va actualizando con arreglo a nuestras ordenes. El color de fondo es configurable en el cuadro de “opciones” y aunque en las primeras versiones era frecuente el “negro” en función de los primeros monitores de “tubo” y exceso de parpadeo en resoluciones altas, se considera más recomendable el “blanco” por su mejor similitud con el aspecto de los planos en “papel”.

Dentro del área gráfica se encuentra inicialmente un icono de referencia con la orientación de los ejes de coordenadas, y el cursor gráfico, constituido por una cruz  de tamaño configurable y con la orientación de los ejes principales.

En los bordes del área gráfica se suelen ubicar los sistemas de menú que dan acceso a todas las órdenes y posibilidades del programa, no obstante dado que existen varios tipos o clases, parece oportuno dedicar una próxima sesión exclusiva a ese tema.

La ventana de Texto

La ventana de texto y su importancia se han comentado de forma somera anteriormente. Esta ventana normalmente se dispone como una banda en la parte inferior de la pantalla, justo por encima de la barra de estado, tiene espacio para unas tres o cuatro líneas de texto más otra activa en la que se puede ubicar el cursor correspondiente y nos permite “picar” por teclado el texto oportuno. Aunque solo aparecen normalmente tres líneas, sigue siendo accesible todo el texto anterior, ya sea mediante los botones y barra de desplazamiento habituales en el borde derecho, o bien con la pulsación “F2” que visualiza una “ventana” exclusiva e independiente con las características propias del S.O. y permite navegar por todo el texto de la sesión en curso.

Normalmente se recoge el “eco” de todas las ordenes, mensajes y opciones que va procesando el programa con independencia de su origen, es decir que hayan sido escritas en la propia ventana o pulsadas en cualquier tipo de menú, ejecutadas desde una “macro” o rutina de programación en LISP, etc.

Además de mostrar el “eco” completo del programa, nos permite escribir desde  el teclado no solo las ordenes del programa por su nombre o abreviatura y las opciones correspondientes, sino cualquier tipo de dato numérico o geométrico, valores reales o enteros y coordenadas de puntos que se escriben como secuencias de dos o tres números reales separados por “comas”.

Prácticamente la ventana de texto es como la “consola” de un sistema UNIX referenciada exclusivamente dentro del “AutoCAD”. Ya se ha comentado la conveniencia de prestar atención en las primeras etapas de aprendizaje ya que permite familiarizarse más rápidamente con la sintaxis de las órdenes y sus opciones.

En las versiones actuales del programa esta ventana puede arrastrarse sosteniendo la pulsación del ratón sobre el borde activo y llevarla a cualquier lado de la pantalla, o incluso mantenerla como un panel flotante con la posibilidad de ocultar dinámicamente bajo el borde activo, o suprimirla de modo permanente aunque un mensaje nos advierte que siempre la podemos reclamar pulsando “CTRL+9”.

Si bien en las primeras versiones del programa, el dialogo de ordenes y mensajes con opciones, se realizaba solo en la ventana de texto, en las ultimas versiones, se ha incorporado una “Entrada DInamica”, que se puede activar/desactivar en uno de los pulsadores de la barra de estado, y que estando activa presenta una serie de “campos” ligados al cursor gráfico donde van apareciendo los mensajes, opciones, e incluso aparecen campos numéricos, que pueden recorrerse con la pulsación de “TAB”.

Esta entrada dinámica constituye una alternativa completa a la ventana de texto, aunque es conveniente estar ya familiarizado con el uso de las órdenes frecuentes y  sus opciones, ya que en otro caso el repertorio de alternativas podría resultar algo confuso. Esta alternativa permitiría prescindir completamente de la “Ventana de Texto”, a gusto del usuario.

 

1.7 – Concluyendo el Capitulo

Salidas. Plotter, eTransmit, exportar e importar archivos

Una vez que se ha esbozado la forma de abordar la elaboración de un nuevo dibujo o diseño con un programa de C.A.D., así como las diferencias más destacables respecto al trabajo  manual, aún queda pendiente la tarea de pasar ese dibujo a un papel, soporte físico o bien darlo a conocer a otras personas o usuarios como parte del destino final, ya sea formando parte de un proyecto o documento técnico, o como apoyo de una charla o reunión de trabajo en la que se muestran o comentan diseños previamente realizados.

Esta tarea en el caso del trabajo manual esta directamente ligada al propio proceso de elaboración del dibujo, con la salvedad de la realización de copias múltiples en las máquinas heliográficas, desde el papel vegetal, que en una oficina técnica puede ser una tarea laboriosa.

Al abordar el diseño desde un programa de CAD, esa tarea queda separada de la elaboración  del dibujo, que normalmente se realiza sobre la pantalla del ordenador, y habitualmente la denominamos “trazado” o “ploteado” por derivación del nombre de las máquinas o dispositivos especiales (“plóter”) que se emplean para ello.

Este tipo de dispositivos hace algunos años eran muy específicos para esta tarea, y se basaban en el uso de un conjunto de plumillas de diferentes gruesos o colores, que iban dibujando sobre un papel los distintos trazos que configuraban el diseño previamente elaborado en el ordenador. Se emplean formatos superiores al A3, normalmente A1 ó A0 dependiendo de las costumbres del sector y el papel se suministraba en rollo continuo u hojas sueltas.

Este tipo de plotter disponía normalmente de un sistema de rodillos que sujetaba el papel firmemente sobre un tambor, y lo movía en esa dirección con mucha agilidad. En la dirección perpendicular se desplazaba una guía, que con un mecanismo de selección iba cogiendo cada una de las plumillas que requería el diseño y mediante la combinación de ambos movimientos sincronizada con precisión entre las dos direcciones, iba construyendo el dibujo con resultados muy llamativos para los espectadores noveles.

Actualmente ese sistema está obsoleto y los dispositivos actuales, utilizan la impresión por “chorro de tinta” que es la misma que en la mayoría de las impresoras, hablándose incluso de “impresoras de gran formato” para referirse a estos dispositivos. El uso y configuración de los mismos dentro del ordenador y el programa, es prácticamente igual que las impresoras habituales.

A la hora de configurar el trazado desde el programa en primer lugar es preciso que el plotter o impresora se encuentre conectada y configurada dentro del Sistema Operativo. Hace algún tiempo estos aparatos traían algunos “drivers” específicos para la comunicación directa con el “AutoCAD”, pero la evolución más reciente ha  supuesto que habitualmente se configuren como una “impresora” más del S.O.

Dentro del AutoCAD cuando se va a realizar el “trazado”, se invoca la orden específica “PLOT”, e inmediatamente aparece un “cuadro de dialogo” relativamente amplio, en el que se configuran diferentes opciones y requisitos del trazado que vamos a comentar a continuación. De todas formas, además de la orden “plot”, se puede observar en el menú de persiana “File”, un conjunto de varias órdenes relacionadas:

Entre ellas cabe destacar “Page Setup Manager”, que invoca otro cuadro de dialogo que permite definir una etiqueta de presentación almacenando un conjunto de especificaciones concretas que luego pueden ser invocadas por su nombre. La orden “Plotter Manager” permite mediante un asistente definir un “Plotter Virtual” con un conjunto de especificaciones de trazado por defecto, e incluso un dispositivo diferente que se almacena con un nuevo nombre en la lista de Plotters. “Plot Style Manager” Permite modificar o crear un archivo de estilos de trazado, que determina el repertorio de parámetros opcionales que regula el comportamiento (color, grosor, transparencia, pauta de trazado, etc ) de cada uno de los 256 colores internos del AutoCAD.

Antes de detallar las referencias del cuadro de dialogo, hay que decir que el problema del trazado, siempre implica definir un área rectangular con unas dimensiones determinadas en el modelo que tenemos dibujado en AutoCAD, para trasponerlo a “otro área rectangular” que vamos a definir, a través del plotter, sobre una hoja de papel. Es la correspondencia entre los tamaños de esas dos áreas, medidas por la longitud de sus lados, la que define la ESCALA del trazado como una simple regla de tres. Conviene advertir que esa relación numérica que representa la escala puede quedar definida en ambos sentidos, en cuyo caso los valores numéricos son inversos entre sí, lo cual suele despistar a muchos principiantes.

Por otra parte puede suceder que las áreas rectangulares no tengan la misma, proporción (largo/ancho) y además la definición a través del cuadro de dialogo, dispone de gran cantidad de parámetros con formas alternativas de hacer las especificaciones, que a veces implican o condicionan otros datos posteriores. En todo caso si se presta algo de atención y se lee con calma, el cuadro es perfectamente claro y bien explicado.

En el cuadro de dialogo del trazado, lo primero que se elige de una lista desplegable, es la “página preconfigurada” si la tenemos definida. También se puede definir sobre la marcha con un botón a su derecha. A continuación se elige el dispositivo de otra lista desplegable, donde encontraremos todas las impresoras del SO incluso en red, o también los dispositivos virtuales. Una vez elegido el dispositivo de trazado, tenemos otra lista para seleccionar el formato de papel oportuno, que implica la definición indirecta del área rectangular de papel. Si no nos interesa ningún formato de la lista, siempre se puede definir uno personal con el botón “propiedades” a la derecha del dispositivo, o incluso en la configuración del dispositivo desde el S.O.

A continuación tenemos otra lista para definir dentro del dibujo realizado, un “área rectangular” cuyo contenido vamos a “imprimir” en papel. En la lista se encuentran varias formas de elegir esa área como: “Display” Es el área que se visualiza en la pantalla en ese momento, “Extens” Es el área mínima que cubre TODA la extensión del dibujo. “Limits” corresponde a una configuración propia del dibujo. “View” permite acceder a un conjunto de “vistas” que hayamos definido y almacenado previamente y “Window” Es la opción más común, que permite señalar directamente el área sobre el dibujo.

Una vez que se ha determinado el área de trazado, a la derecha aparecen las especificaciones de la escala. Si está activada la casilla de “ajustar a papel”, la escala queda bloqueada ya que se acomodan entre sí las dos áreas previamente definidas y se realiza el trazado con la proporción resultante que naturalmente no se va a corresponder con una escala normalizada. Si se desactiva esa marca, quedan abiertas las casillas de datos para configurar la proporción como mejor convenga, ya sea bien por unidades en el papel, o bien por unidades en el dibujo o incluso eligiendo una de las escalas preseleccionadas de la lista.

A la derecha del cuadro, que puede mostrarse u ocultarse, se encuentran otra serie de especificaciones como calidad de trazado, el archivo de estilos de trazado o la orientación del papel, la cual suele influir en la correspondencia entre las dos áreas de referencia. En todo caso antes de efectuar el trazado final es recomendable accionar el botón de “previsualizar”.

Otra utilidad vinculada con el final del trabajo, es la orden “eTransmit”, que mediante un cuadro de dialogo permite almacenar todo el dibujo en un archivo comprimido con extensión *.zip pero en este caso se incluye no solo la parte grafica que normalmente se guarda en DWG, sino que además empotra todas las librerías, referencias externas y estilos particulares que tenemos almacenados  en nuestro sistema y no se guardan con el DWG, por lo que al enviar este a otra persona, podría tener una configuración incompleta cuando lo abra con su propia versión del programa.

Formatos Raster/Vector y tipos de archivo [DWG / DXF / DGN / DWF / WMF]

Finalmente cabe decir que entre los “dispositivos virtuales” suele haber un conjunto de impresoras ficticias, cuya función es la de generar en un “archivo”, ciertos formatos gráficos especiales que contiene una versión correspondiente del trazado, como por ejemplo los PDFs, o bien DWF, e incluso archivos de formato “raster” como JPG o PNG.

En cuanto a los formatos de archivos “raster” y “vector”, ya se comentaron con anterioridad y sus características están perfectamente explicadas en Wikipedia. No obstante cabe decir que las versiones recientes de AutoCAD permiten “insertar” archivos de formato raster (TIF y PNG) dentro del área gráfica de trabajo, con la peculiaridad de que estos se comportan como un bloque unitario de forma rectangular, que se puede agrandar o reducir de tamaño manteniendo sus proporciones. El contenido del archivo se visualiza en pantalla como el resto de entidades, y aunque no se pueda editar su contenido, permite incorporar otros dibujos disponibles en papel, mediante su “escaneado” que una vez insertado, se amplia o reduce hasta ajustar su tamaño relativo al propio sistema de unidades del dibujo.

 

 

1.6 – Cazando “entidades” con un ratón.

El dispositivo señalador, Uso del Ratón y/o tableta

La generalización en el mundo de los ordenadores de los GUIs como Windows, o sus equivalentes en MAC,  UNIX – LINUX, ha estandarizado el uso del “Ratón” de forma que este se ha convertido en un dispositivo habitual de cualquier ordenador. Durante los primeros tiempos del CAD esto no era así y ese tipo de programas requería un dispositivo “señalador” que permitiera  un control práctico sobre el “área gráfica” del programa permitiendo señalar puntos, consultar coordenadas, medir distancias etc.

El primer tipo de dispositivo que se empleaba eran la “tabletas digitalizadoras” que físicamente están constituidas por una superficie rígida y estable, que contiene en su interior una retícula de cables conductores cruzada en dos direcciones ortogonales y una “mira” o cursor, que conectada eléctricamente con la retícula, se mueve libremente por la superficie permitiendo señalar puntos, y detecta con toda precisión su posición exacta dentro de la superficie activa.

EL tamaño de las tabletas podía ser bastante grande incluso como una mesa de dibujo completa. No obstante esos tamaños se encuentran en desuso y en la actualidad prácticamente no sobrepasan el formato “A3”. Una de sus ventajas actuales, es el mejor control sobre la “presión” en la superficie, que las hace más adecuadas en programas de tipo artístico donde la calidad del trazo manual es un requisito importante. En el dibujo técnico esto es menos relevante y hoy por hoy, el uso del “ratón” está completamente generalizado.

El ratón es un dispositivo que ha proliferado con el uso de los entornos gráficos, y en este caso se basa en detectar o leer el “desplazamiento del objeto” o su “velocidad” sobre cualquier superficie plana, en lugar de las posiciones relativas. Esto se puede hacer con una bolita y unas ruedas mecánicas interiores, o actualmente a través de un pequeño “laser” que incorporan. El uso del mismo en el CAD se basa en “vincular el movimiento” de un cursor gráfico entre pantalla y dispositivo, que se mueve libremente por cualquier superficie plana de forma que el vínculo del movimiento se convierte en “instintivo” permitiendo un control eficaz del “área gráfica”.

Los ratones habituales se complementan con tres pulsadores y/o una rueda vinculada en el tercero. Dentro del AutoCAD se pueden reprogramar y personalizar todas las pulsaciones, pero las habituales son el botón principal y secundario, que se asocian el primero a la designación “gráfica” de una posición (coordenadas, opción de menú, etc) y el secundario a un “eco” del teclado (tecla INTRO) que se usa normalmente para confirmar opciones que presenta el programa, o concluir alguna rutina en curso. Normalmente la rueda está asociada con el ZOOM ampliando y reduciendo la pantalla, y la pulsación de tercer botón al desplazamiento de pantalla vinculada al ratón. Estos movimientos son especialmente inmediatos e intuitivos, por lo que conviene practicarlos ligeramente hasta que se automatizan mentalmente.

Copiar mover y borrar (Selección de entidades)

Una vez que se incorporan al nuevo dibujo un cierto conjunto de entidades, empiezan a ser comunes las tareas de “edición” o modificación sobre ellas, entre las que cabe destacar las de copiar mover y borrar, que resultan especialmente comunes y frecuentes.

En cuanto a las acciones de “copiar” y “mover” cabe destacar que dentro del CAD presentan una peculiar simetría, ya que ambas funcionan de manera casi idéntica, salvo que en el caso de “mover” se borra o elimina el original y en el caso de “copiar” este se mantiene. También hay que destacar otra diferencia entre el trabajo manual y el CAD como es la tremenda facilidad en este ultimo caso para “copiar” y “borrar” objetos, lo cual conduce hacia practicas algo diferentes a la hora de ir construyendo un nuevo “dibujo”, ya que muchas veces es más práctico partir de “copias” sobre elementos existentes, y trabajar solo en las diferencias o modificaciones respecto al modelo o plantilla.

En general las órdenes de edición, incluyen dentro de su proceso una subrutina común a todas ellas que resulta específica para “seleccionar” entidades. Incluso el programa contiene una orden “SELECT” con esa rutina exclusivamente, sin aplicarla a ninguna otra tarea una vez concluida. Esta rutina presenta ciertas peculiaridades que el usuario repite con tanta frecuencia que en seguida adquieren un automatismo instintivo.

Cuando se inicia la rutina de “selección”, en un primer momento el cursor cambia de aspecto sustituyendo la “cruz” habitual por una pequeña “caja” de tamaño configurable. Cuando tenemos disponible esa caja en el cursor, que podemos mover libremente por el área gráfica con el ratón, se puede optar entre “señalar” un objeto (mancando con la pulsación principal del ratón) sobre cualquier entidad apuntada con la caja, en cuyo caso queda “marcada” con una visualización diferente e incorporada al conjunto de selección, o bien marcar la pulsación en una “zona vacía” (ninguna entidad en la caja) en cuyo caso se engancha a ese primer punto de forma dinámica, un área rectangular, que se visualiza sobre la pantalla y podemos mover libremente hasta marcar la segunda pulsación, de forma que el programa “selecciona” todas las entidades del dibujo que se encuentran dentro del “área rectangular” que hemos definido.

En el caso de la primera alternativa estamos en un proceso de selección “uno a uno”, la cual puede continuar sucesivamente hasta que se cierra el proceso pulsando el botón secundario del ratón, o la tecla “intro” del teclado. En el caso del área rectangular hay que destacar un matiz, y es el hecho de que si a partir de la primera pulsación nos desplazamos hacia la “izquierda”, el área rectangular adquiere un tono verdoso con un borde de trazo discontinuo y opera en modo “captura”, pero si lo hacemos hacia la “derecha” el tono es “azulado”, el borde continuo y opera en modo “ventana”.

Los modos “captura” y “ventana”, suponen que en el primer caso quedan seleccionadas “todas” las entidades que se cruzan con el rectángulo, aunque alguna parte de ellas pueda quedar fuera del mismo. En el segundo caso “solo” quedan seleccionadas aquellas entidades que se encuentren completas “dentro” del área rectangular es decir en toda su extensión.

La selección de entidades puede continuarse sucesivamente incorporando varias secuencias de uno a uno, ventanas o capturas, hasta que expresamente la concluyamos, pulsando el botón secundario del ratón, en cuyo momento queda definido y memorizado el “conjunto de selección”, para operar con él mediante la orden en curso. Incluso si examinamos la orden “SELECT” en el manual de ayuda, o invocamos las “subopciones” desde la línea de órdenes pulsando “?” podemos ver que existen varias alternativas más, como por ejemplo “todos” “previo” “deshacer”. La opción “previo” supone que se cargue exactamente el último conjunto de selección que se haya definido, ya que es muy frecuento que sobre el mismo conjunto de objetos haya que repetir varias acciones, y también da sentido a una orden “select” sin otro acción específica.

 

1.5 – Comenzando a dibujar

Cuando se aborda la realización de un nuevo dibujo, en la práctica tradicional, se comienza disponiendo las herramientas de trabajo, mesa o tablero, papel firmemente sujeto y tensado, lápiz, reglas, escuadras, escalímetros etc. La tarea se inicia trazando y situando en primer lugar por medio de líneas rectas una configuración del contorno o estructura del objeto, midiendo y situando los distintos elementos con la ayuda del escalímetro. A medida que avanzamos, se van trazando elementos cada vez más detalladas, ajustando y situando los centros y líneas curvas en su posición correcta, cuidando especialmente las “tangencias”, que en el trazado a tinta definitivo, generan ciertos grados de incertidumbre y temor en función de la destreza y experiencia de cada “dibujante”.

Con el uso del CAD la tarea de iniciar un nuevo dibujo, además de encender el ordenador, y arrancar el programa, requiere en primer lugar definir un nuevo “archivo”, con un nombre y ubicación dentro del sistema de carpetas, y entonces comenzar el trazado geométrico, de una forma análoga al trabajo manual. Se trazan en primer lugar unas “líneas o formas generales” de contorno, que además de configurar el área de trabajo, permiten apoyar posteriormente, distancias, líneas perpendiculares, centros y todos los demás elementos de la geometría que tenemos disponibles en el repertorio del programa, hasta concluir el trabajo.

Elementos y entidades

El trabajo de dibujar dentro del programa se desarrolla, inicialmente incorporando una serie de “entidades”, que son los objetos o elementos disponibles, y es necesario situar en nuestra área de trabajo con precisión. En una segunda etapa será necesario hacer ajustes y correcciones, por lo que todas o parte de las nuevas “entidades” definidas, tendrán que ser “editadas” o modificadas de alguna manera, (cambio de posición, color, giros, etc).

Evidentemente para un uso adecuado del programa, es preciso conocer de forma lo mas amplia posible “todo el repertorio” de entidades que se tienen a disposición, así como sus posibles modificaciones, lo cual constituye el núcleo del aprendizaje.

Tanto la definición de nuevas entidades como la modificación de las ya definidas se realiza mediante las “Ordenes” (“Command”) que el programa va ejecutando en cada momento, iniciando en cada caso una secuencia particular de opciones con sus propias peculiaridades.

Esas ordenes o rutinas, se van seleccionando sucesivamente por el usuario y se encuentran disponibles de varios modos diferentes y alternativos a través de los distintos “menús” “paneles de tareas” “botones de herramientas” etc. El desarrollo de cada una y los pasos intermedios van desarrollando un dialogo en la “Ventana de Texto” que es conveniente seguir con atención, al menos hasta que uno este familiarizado con ellas.

En relación con la “ventana de texto”, conviene recordar que en ella se desarrolla el dialogo del nivel más básico y detallado del programa, y en las primeras etapas es muy conveniente seguirlo con especial atención, ya que los mensajes intermedios identifican fácilmente los pequeños errores o equivocaciones propios del aprendizaje. También conviene recordar que todas las “ordenes” se pueden invocar de forma escrita a través del teclado en la “Ventana de Texto”, incluso con un repertorio de abreviaturas, y que el dialogo que se genera, es el que luego se automatiza con relativa facilidad a través de “macros” que facilitan desarrollos personalizados por el usuario.

El repertorio común de “entidades” básicas es el siguiente:
Punto:   Entidad simple definida por las coordenadas de su posición. Tienen un amplio repertorio de “aspectos” diferentes.
Línea:   Segmento de línea recta definido por las coordenadas de sus extremos inicial y final. Probablemente el objeto básico más común en el programa.
Arco:    Es un segmento de circunferencia definido por tres puntos, o bien con tres parámetros de diferentes formas alternativas.
Círculo:  Propiamente es una circunferencia, definida por las coordenadas de su centro y radio, o bién de otras formas alternativas.
Polilíneas planas [polígonos y rectángulos]:
Son entidades más complejas. Están compuestas por una sucesión abierta o cerrada de segmentos de línea recta y/o arcos. Pueden tener grosores diferenciados, son coplanarias por definición y se manejan como un objeto simple. Adolecen de cierta complejidad de uso pero aportan flexibilidad y algunas ventajas. Los polígonos y rectángulos, son polilíneas semielaboradas a través de opciones particulares en un “menú” específico.
Polilíneas 3D: Similares a las anteriores pero sin la restricción de ser “coplanarias”, aunque sin embargo NO pueden contener segmentos de “arco”, ni grosores.
Líneas Múltiples y auxiliares:  Las líneas múltiples son conjuntos de dos o más trazos paralelos de segmentos rectos equivalentes a polilineas de varios trazos. Las líneas auxiliares son líneas de construcción que se extienden hasta el infinito, más allá de los límites del área de trabajo.
Arandelas (Donut): Son elementos relativamente singulares, definidos por dos circunferencias concéntricas y el área comprendida entre ellas.
Splines:  Son curvas complejas, con la curvatura definida por las tangencias en los extremos, así como en una sucesión de puntos intermedios.
Bloques:  Son pequeños conjuntos de otros elementos de dibujo previamente agrupados, y etiquetados, ya sea por el usuario en el propio dibujo, o disponibles en librerías externas, que se usan como objetos repetitivos. (sillas, coches, muebles etc.).
Rótulos de texto:  Etiquetas que contienen los “textos” de rotulación. Pueden tener una o varias líneas y diferentes modelos de tipografías, tamaños, etc. Se incluye un pequeño editor auxiliar e incluso diccionarios.
Objetos de Cota:  Objetos compuestos y complejos que habitualmente se emplean para definir la acotación en los planos. Soportan diferentes estilos y un amplio conjunto de parámetros.

1.4 – Dibujando sin escala

Cuando se inicia un trabajo en un nuevo archivo, el área gráfica de la pantalla, normalmente se encuentra vacía con el color que adoptemos como fondo (es frecuente el negro, pero más conveniente el blanco, ya que ofrece un aspecto similar al propio del papel en cuanto a la apariencia final). La forma de operar habitual requiere un dispositivo gráfico, (ratón o tableta) que se encuentra vinculado a un cursor grafico que se desplaza por el área de la pantalla según los movimientos que realizamos en la mesa. Estos movimientos y posiciones se corresponden geométricamente con un sistema de coordenadas que identifica cada posición con sus valores numéricos, y permiten recorrer el “espacio virtual” que el programa mantiene a nuestra disposición.

El sistema de coordenadas, es un sistema cartesiano y tiene una orientación inicial por defecto, con el origen situado en la esquina inferior izquierda de la pantalla, el eje X situado a lo largo del borde horizontal, con valores crecientes hacia la derecha,  el eje Y se sitúa en el borde izquierdo de la pantalla con valores crecientes hacia arriba y el eje Z orientado perpendicular a la pantalla, con valores crecientes hacia el exterior.

El AutoCAD en las versiones actuales es un programa que maneja la geometría de tres dimensiones completas, no obstante la mayoría del trabajo técnico se realiza en dos dimensiones, y el plano XY que inicialmente está situado sobre la pantalla, tiene una preponderancia destacada. Inicialmente es dentro del que se configuran aquellos objetos y elementos que son intrínsecamente planos como por ejemplo, circunferencias, arcos, polígonos, rótulos de texto, etc.

Posteriormente con los comandos oportunos pueden definirse otros sistemas de coordenadas, con cualquier orientación en el espacio, facilitando de esta forma la colocación posterior de elementos u objetos de geometría en cualquier posición del espacio respecto a los ya construidos anteriormente. Con el fin de visualizar la orientación de los ejes, el programa suministra un icono de orientación, que se ubica en la esquina inferior izquierda de la pantalla, u opcionalmente en el mismo origen de coordenadas.

La definición de posiciones y coordenadas, se realiza en AutoCAD como una lista de tres números reales separados por “comas”, que corresponden a las coordenadas cartesianas X,Y,Z. En el caso de definir solo dos valores separados por una “coma” se adoptan como coordenadas X e Y, y el valor de Z, se considera “0”. También es posible con la notación adecuada definir posiciones en coordenadas cilíndricas o esféricas, alterando la “coma” de separación por el símbolo “<”. El valor de las coordenadas del cursor en cada momento se visualiza en la línea de estado del borde inferior.

Como ya se ha puesto de manifiesto en el ejemplo comentado sobre el Sistema Solar, una de las diferencias destacables respecto a los métodos de dibujo tradicional, es la disponibilidad de un “espacio de trabajo” prácticamente “ilimitado” en cuanto a dimensiones, que rompe una asociación muy habitual y automática entre un “dibujo” que se tiene la intención de realizar, y el soporte físico o papel donde lo queremos presentar y mostrar a los demás.

Esta asociación nos lleva directamente al concepto de “Escala” en un dibujo, que es la proporción entre las dimensiones “reales”, y sus dimensiones en el “papel”. Esa proporción se define entre medidas de longitud, constituye una “regla de tres” y se expresa normalmente en forma de proporción entre una unidad en el dibujo “1:” y su magnitud en el espacio “real” 50, 100, 200, etc..

Teniendo en cuenta las características propias del CAD, como el sencillo manejo de un “espacio virtual” prácticamente ilimitado y su capacidad para acercar-alejar la imagen de los objetos que estamos construyendo en cada momento, se deduce con facilidad que no es necesario realizar el trazado del modelo a “escala” y resulta más razonable hacerlo con sus dimensiones reales, interpretando los valores numéricos de distancias y posiciones como “metros”, o bien el tipo de unidad de distancia que se maneje habitualmente según la disciplina o la práctica especializada (millas, kilómetros, milímetros .. etc).

Obviamente el problema de la “Escala” surge necesariamente en el momento que queremos plasmar o trasladar nuestro dibujo a un soporte físico, normalmente de papel. No obstante es “solo” en ese momento, cuando es necesario adoptar una proporción o escala para el trazado. Este problema tiene una solución particularmente elegante dentro del AutoCAD, mediante el empleo del doble concepto entre “Espacio Modelo” y “Espacio Papel”. No obstante esos conceptos se explicarán y comentarán en un tema posterior.

Si tenemos en cuenta que hay múltiples ocasiones en que un dibujo o parte del mismo nos interesa imprimirlo con distintas proporciones o tamaños, ya sea por manejar versiones reducidas  de un plano, o bien por facilitar una visión de conjunto, se reafirma la conclusión de que resulta mas adecuado manejar el sistema de unidades dentro de los modelos de CAD en “verdadera magnitud” relegando el uso de la “escala” exclusivamente a la salida impresa.

Llegados a este punto cabe hacer una advertencia sobre un peligro habitual entre principiantes, como es el de incurrir en un “esfuerzo inútil” cuando el optimismo generado por el nuevo aprendizaje nos lleva a buscar la superación tratando de dibujar el modelo completo, perfectamente desmenuzando sus todos sus detalles y componentes. Eso nos puede llevar a dibujar con detalle y detenimiento una “grifería”, que luego en la planta del edificio, solo se puede ver como un “punto grueso” o una mancha amorfa. Siempre es necesario mantener una idea clara del sentido último y la utilidad que tiene el dibujo que estamos realizando ya que el grado de detalle o simplificación debe adecuarse al objetivo final.

 

1.3 – Comenzando a usar el AutoCAD

Instalar y arrancar el programa.

Ahora toca comentar algo sobre como instalar y arrancar el programa en el ordenador. La última versión disponible del AutoCAD, es la 2.012 aunque coexisten varias de las anteriores y el último cambio de aspecto general de cierta importancia se produce en la 2.009, con la incorporación del “ribbon” o cinta de opciones, que configura un nuevo tipo de menú o interfaz para ejecución de órdenes en el programa.

Respecto al proceso de instalación cabe decir que las últimas versiones desde la “14”, vienen incorporadas en un “CD” o “DVD”, con un archivo ejecutable de autoarranque, el cual inicia un proceso, similar al de la instalación del sistema operativo o muchos otros programas y aplicaciones de cierta importancia.

Ese proceso va actualizando la imagen que se visualiza en la pantalla, presentado en cada momento una información clara sobre su evolución y las distintas etapas a medida que se completan, realiza algunas detenciones en las que requiere adoptar alguna opción por parte del usuario, pero en general están siempre explicadas con toda claridad y el proceso completo resulta trivial incluso para cualquier profano en informática.

Una vez concluido el proceso completo de instalación bajo Windows, aparece un icono específico en el escritorio, y/o una entrada en la lista general de programas, que permiten lanzar la ejecución del programa. Estas peculiaridades se matizan en cada Sistema Operativo según sus características. Dentro del proceso se solicita a su vez un número de serie que se suministra con la documentación de la licencia de uso, y algunos datos del usuario.

La primera vez que se ejecuta del programa, se solicita una clave única que se suministra con la “licencia de uso” durante la adquisición del mismo. En caso contrario también se permite su ejecución completa, pero solo como “versión de prueba” por un plazo limitado a treinta días, a partir de los cuales deja de funcionar completamente. Dentro de ese proceso se facilita la adquisición de la licencia por vía telefónica, o bien directamente por conexión a través de Internet. En el caso de algunas copias irregulares, el disco de instalación puede contener alguna carpeta adicional con otros archivos que facilitan instrucciones concretas y herramientas auxiliares para desbloquear el uso del programa. Obviamente ese proceso vulnera la Leyde Propiedad Intelectual, bajo la responsabilidad de cada usuario.

Una vez arrancado el programa, aparece en la pantalla gráfica, la “interfaz” del programa en su configuración inicial, o por defecto. El programa AutoCAD siempre ha tenido una gran capacidad de personalización para acomodar el aspecto general al gusto de cada usuario, e incluso permite con relativa facilidad hacer desarrollos de aplicaciones especializadas para usos determinados.

En cuanto al Interfaz gráfico, cabe decir que es completamente configurable a gusto del usuario y en las últimas versiones se gestiona con gran facilidad mediante la opción de “espacios de trabajo”. La estructura de la pantalla está dominada por el espacio de trabajo normalmente en color negro o blanco. En los bordes de la pantalla se van ubicando áreas y barras con distinta información, herramientas o botones de comando que permiten interactuar para ir desarrollando el trabajo oportuno.

Como elementos mas destacables de la Interfaz, cabe citar:

1 – La Barra de título
2 – La Barra de Estado
3 – El Área Gráfica
4 – La Ventana de Texto
5 – Diferentes  sistemas de menú y acceso a las órdenes y comandos del programa

De estos elementos la barra de título se ubica en el borde superior de la pantalla, y contiene a su vez además del título del programa y el nombre del archivo de trabajo actual, un botón a la izquierda con el icono del programa que permite acceder a un conjunto de ordenes comunes y la lista de los últimos archivos usados. En la zona derecha aparecen algunas opciones de ayuda y las opciones habituales para minimizar y cerrar la ventana que en este caso están duplicadas, diferenciando la ventana del programa, y el archivo actual, ya que se pueden mantener abiertos simultaneamente varios archivos de trabajo.

Sistema de archivos. Iniciar un trabajo, guardar y salir.

El trabajo que se va desarrollando en la interfaz gráfica, se almacena dentro del disco en un “archivo” con la extensión “dwg” que es propia del autocad. La primera vez que se arranca el programa, por defecto se presenta un archivo en blanco (o con la configuración que adoptemos) con un nombre “tipo” compuesto de la palabra “Dibujo” seguida de un número correlativo. Una vez que se ejecute la orden “salvar”, aparece un cuadro de dialogo vinculado al explorador del sistema operativo que permite localizar cualquier ubicación en el sistema de carpetas, y naturalmente escribir el nombre del archivo que elijamos. Junto a la opción “salvar” se encuentra la opción “Abrir”, que con un cuadro de dialogo similar permite localizar cualquier archivo previamente guardado, navegando por el sistema de carpetas.

La forma de concluir el uso del programa consiste en “cerrar” ya sea con la opción del “aspa” en la esquina superior derecha, o dentro del menú que se esconde bajo el icono principal. Antes de cerrar el programa y si aún no hemos “salvado” el archivo de trabajo, aparece un cuadro de dialogo con el mensaje de advertencia, y las tres opciones habituales: SI, NO o Cancelar.

1.2 – Diferencias entre Dibujo Técnico manual y C.A.D (El sistema solar)

Peculiaridades del dibujo técnico en el ordenador. (geometría)

Una vez cerrado el apartado de referencias “históricas” voy a tratar de centrarme en el nuevo mundo de la “informática”, para poner de manifiesto las principales diferencias y en última instancia algunos “porqués” de esta “revolución”.

En la actualidad con la gran disponibilidad de ordenadores, la evolución y avance continuo de sus prestaciones y la fácil disponibilidad de programas informáticos y aplicaciones, ha desaparecido completamente el trabajo manual que se ha descrito antes, lo mismo que las “máquinas de escribir” y el trabajo de mecanografía desaparecieron de las oficinas de todo el mundo en la década de los años 80s.

En el mundo técnico relacionado con la Arquitectura, el programa “AutoCAD” es prácticamente la referencia “estándar”, universalmente conocido y usado prácticamente por todo el mundo. No obstante cabe decir que este es un “programa” o “aplicación” informática para uso general bajo el concepto de C.A.D. (Computer Aided Design) desarrollado oportunamente por la compañía “Autdesk”, y “comercializado” por ella, con independencia de la existencia más o menos común de copias “irregulares” o sin licencia del titular.

En todo caso el AutoCAD no es el único programa informático que puede utilizarse, ya que existen muchas imitaciones del mismo, y también la alternativa de programas realizados con otras filosofías diferentes como puede ser el caso del “GIS” o el “Integraf”, que tiene cierta presencia en el ámbito de la ingeniería de “obra civil”. También cabe mencionar algún planteamiento novedoso como el caso de “SketchUp”, realizado por GOOGLE y muy bien pensado para facilitar el trabajo en tres dimensiones. De todos modos AutoCAD contiene probablemente el planteamiento más puro y clásico para el manejo de elementos gráficos de geometría en un ordenador.

Este programa se desarrolla después de unos primeros trabajos teóricos que se realizan en el MIT en los años 60s-70s sobre el manejo de geometría y gráficos con ordenadores, que sienta las bases del concepto de C.A.D., y presenta una concepción general y una filosofía de trabajo que se han convertido en un estándar de facto, y que desde entonces mantiene los mismos principios en las sucesivas versiones.

De las grandes diferencias que cabe destacar entre un trabajo manual de dibujo, y el CAD en un ordenador, hay que mencionar en primer lugar la gran precisión y rigor en el uso de la geometría, y también la independencia de la “escala” del dibujo de su elaboración inicial, y en consecuencia de la precisión gráfica.

Estas diferencias se comprenden mejor si pensamos, que en la elaboración manual de un dibujo, se comienza adoptando el tamaño del papel que va a ser su soporte físico, dependiendo del espacio disponible y las herramientas de trabajo (mesa de dibujo), y sin embargo en el CAD debido a la flexibilidad y dinamismo que permite  la visualización en una pantalla de ordenador, se puede trabajar sin restricciones en un “espacio virtual” sin limitaciones de tamaño. De hecho uno de los primeros dibujos de “ejemplo” que se suministraba en las versiones iniciales del programa, contenía un dibujo de “todo el sistema solar”, en el que estaban dibujadas con precisión, el sol y las trayectorias de las orbitas de cada planeta, el propio planeta dentro del que se rotulaba el tamaño de su diámetro, en el caso de la tierra también figuraba la luna, y dentro de esta estaba dibujado de forma esquemática pero en el lugar preciso, el módulo de aterrizaje de la primera misión lunar y en una de sus patas, la reproducción de la placa e inscripciones que llevaba.

Obviamente todos esos elementos no se pueden visualizar simultáneamente, pero el manejo de sucesivas ampliaciones en pantalla (uso del zoom) permitía tanto su elaboración como su visualización. En cuanto a la salida impresa, tampoco tenia sentido en su conjunto, pero nada impide hacerlo por partes, y el conjunto se almacenaba en un archivo único.

Una de las características propias del funcionamiento interno de un programa de CAD y que a su vez marca la diferencia entre dos grandes familias de programas informáticos de tipo grafico, es su carácter “Vectorial” en contraposición a las aplicaciones de tipo “Raster”.

Las aplicaciones de tipo vectorial se caracterizan porque el ordenador maneja en su memoria, un conjunto de “valores numéricos”, que son los códigos que identifican los distintos elementos de la geometría, (segmentos, puntos, arcos, polígonos, textos etc) y los valores numéricos de sus coordenadas, posiciones y tamaños en un espacio virtual. Dado que el cálculo numérico dentro del ordenador es particularmente rápido y eficiente, esto hace que los movimientos, cambios de posición o simplemente actualizaciones del punto de vista, se hagan internamente recalculando numéricamente los valores actualizados de las nuevas posiciones, tanto para el espacio virtual como para el aspecto en pantalla.

En contraposición con esa filosofía, están los programas de tipo “Raster”, como por ejemplo el “Photoshop”, más adecuados para el manejo de fotografías, los cuales almacenan en la memoria del ordenador, el conjunto de “puntos” o “píxel” con el color correspondiente a cada uno, que configuran la imagen como un conjunto ordenado en filas y columnas. Este sistema tiene como característica que al ampliar la imagen se llega a un limite de resolución donde la imagen del objeto, empieza a pixelar y ya no mejora, cosa que no sucede en los de tipo vectorial, en donde se recalculan numéricamente las nuevas posiciones actualizando rigurosamente el aspecto, al nuevo factor de ampliación.

Este último sistema es más adecuado para el manejo de “fotografías” o imágenes estáticas, aunque en las versiones recientes de los programas más potentes, se van integrando funciones de ambos mundos, vectoriales en Photosop y Raster en Autocad.

 

1.1 – El Dibujo Técnico desde el paralex hasta el AutoCAD

Después de los preámbulos anteriores, hoy toca entrar en materia iniciando lo que se podría considerar un “curso básico” sobre el uso del AutoCAD aplicado en Arquitectura, y por extensión a todos los demás trabajos técnicos de la ingeniería.

Primeros pasos

Como primer paso cabe hacer alguna consideración sobre el “trabajo tradicional” anterior al desarrollo de las herramientas informáticas. Tradicionalmente, el trabajo material de elaboración de “planos” y “dibujos técnicos” se realizaba por “delineantes”, personal cualificado a nivel de “formación profesional”, que había desarrollado unas destrezas adecuadas para un trabajo manual, consistente en ir plasmando en papel de forma permanente una serie de dibujos y diseños establecidos mediante notas, croquis o modificaciones de otros previos, por el proyectista correspondiente (arquitecto, Ingeniero, etc) 

El trabajo se desarrollaba en tableros o mesas de cierto tamaño y amplitud, equipadas con buena iluminación, y grandes reglas que sujetas a la mesa por un sistema de poleas y cuerdas cruzadas, (“paralex”) que aseguraban un desplazamiento exclusivamente perpendicular a la propia regla facilitando el trazado de líneas paralelas que se complementaban con un conjunto de escuadras, plantillas, escalímetros, etc.

Los dibujos se trazaban provisionalmente con lápices duros y afilados, con un marcaje  fácil de borrar, y de forma definitiva sobre un “papel vegetal” con “tinta china” (emulsión acuosa). Este tipo de papel presentaba un cierto grado de transparencia translúcida, que permite visualizar dibujos previos sujetos bajo él, y debido a su textura y las características propias de la tinta, también permite rectificar errores y/o modificaciones mediante un “raspado” enérgico.

El papel vegetal también facilitaba a su vez la realización de múltiples copias de un mismo plano, mediante maquinas equipadas con luz ultravioleta y papeles con revelado de “amoniaco”, asegurando una precisión y fidelidad adecuadas de geometría y dimensiones entre el original y la copia. Esta técnica junto con las características de la tinta china, no admite la reproducción del color, por lo que el mundo de los “planos técnicos” ha sido tradicionalmente monocromo, aunque en paralelo ha desarrollado un repertorio sofisticado en el uso de trazos y líneas de diferentes pautas y grosores, que a su vez manejados con inteligencia, permiten conseguir una “percepción” del plano destacando ciertos elementos o aspectos del mismo, que manejados con habilidad contribuyen a diferenciar la calidad de los distintos trabajos.

Desde un punto de vista histórico cabe decir que los primeros “dibujos técnicos”, realizados de una forma sistemática al menos, se remontarían a la “revolución industrial” y por tanto a mediados del siglo XIX. En mi propia experiencia en el Colegio de Arquitectos de Salamanca he tenido ocasión de examinar un archivo de “planos de taller” que se extendía en el tiempo desde las últimas décadas del siglo XIX hasta los años 60s del siglo XX. 03

El examen de esa colección de planos y dibujos es muy interesante y permite apreciar con claridad la evolución de las diferentes técnicas en la realización de los planos, y se observa que precisamente los dibujos más antiguos son los más elaborados, se realizan en papeles muy gruesos y robustos de mucho gramaje y gran calidad, con tintas de “diferentes colores” y rotulados a “mano” con una gran pulcritud. Con el paso del tiempo, se pierde el color enseguida, los soportes de papel se hacen más endebles, y la calidad de los trabajos se hace más diversa dependiendo del uso o importancia de cada diseño. En resumen cabe decir que las técnicas comentadas anteriormente solo se estandarizan y sistematizan hacia mediados del siglo XX.