Los muros laterales se recrecen hasta los riñones de la bóveda central permitiendo un relleno parcial, que asegura el monolitismo de los arranques, relativamente sensibles a deslizamientos indebidos por dilatación térmica (invierno-verano) o fuertes empujes horizontales (viento). También sirven de soporte a los faldones de la cubierta.